El Lado Oscuro Metal Critica

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viernes, 19 de septiembre de 2025

Lorna Shore - "I Fell The Everblack Festering Within Me" (Symphonic Metalcore)

"I Fell The Everblack Festering Within Me" suena a la última frase del diario de un mayordomo victoriano atormentado, pero aquí estamos: el último ejercicio de Lorna Shore para cubrir con una capa sinfónica de terciopelo al Metalcore. El álbum es un festín extravagante y como cualquier festín, te hace cuestionar en varios momentos si han mordido más de lo que su mandíbula puede abrir.

Primero lo primero: los puristas del Metalcore que vaya afilando sus delineadores con este álbum, porque la banda insiste en que las crisis no deberían ser solo crisis, sino agujeros negros. Lorna Shore no se limita a pausar el caos para un festín de breakdowns, sino que lo orquesta como si fuera Wagner hasta el culo de perico. Las canciones se desmoronan en riffs brutalmente sincopados con la sutileza de un meteorito, para luego estallar repentinamente en oleadas sinfónicas arrolladoras y ultra románticas, como si la banda decidiera colectivamente: 'Bueno, sí, Satanás está aquí... ¿pero y si tuviera una sección de cuerdas?'

Y aquí radica la gran diferencia de este disco, el mejor que le he escuchado a la banda: ¿hacemos breakdowns o asistimos a una ópera con esmóquines empapados de sangre? La respuesta es: ambas. Esa es la esencia de Lorna Shore en este trabajo. Hay de todo, pero ciertamente hay también cosas que valen bastante la pena, el tema Oblivion suena como lo que sucedería si alguien reimaginara el infierno de Dante como una atracción de parque temático. Comienza de forma ominosa, se desarrolla con un coro dramático y luego se sumerge en growls abisales sobre riffs tan afilados como para raspar acero. Es un glorioso tornado del absurdo y la precisión, que te desafía a no sonreír mientras tus órganos vibran al unísono. Mientras tanto, la canción Death Can Take Me se siente como una carta de renuncia existencial escrita con tinta de corpse paint sobre papel perfumado. Es agresiva, es teatral, tiene aproximadamente ocho finales falsos y si cerraras los ojos, jurarías que estás escuchando una catedral gigante explotar a cámara lenta. Y sin embargo, debajo de todo el melodrama, la musicalidad exige respeto: armonías de guitarra cuidadosamente superpuestas, trucos rítmicos deliberados y una interpretación vocal que abarca desde guturales de demonio hasta agudos gritos de banshee de Star Wars.

Ahora, hablemos del elefante en la sala: la duración. Este álbum dura más de una hora, lo que para el minuto 47 te hace preguntarte si las cuerdas, los coros y los blast beats realmente están erosionando tu capacidad de atención a nivel molecular. La producción es impecable hasta el punto de resultar quizá demasiado brillante, como pulir un hacha de guerra hasta que puedas ver tu reflejo en ella. La sobreproducción general del disco aquí funciona como ponerle llantas de metal a un monster truck: impresionante, pero torpe, un poco demasiado, un poco too much.

“I Fell The Everblack Festering Within Me” es a la vez una obra maestra de complejidad sonora y una prueba de resistencia para el cerebro humano. Es ridículo, exagerado, autocomplaciente y -asombrosamente- divertido. La atmósfera es absorbente, los elementos Sinfónicos se manejan con excesos dignos de una película de Marvel y sí, los breakdowns siguen siendo lo suficientemente exagerados como siempre. ¿Es demasiado largo? Totalmente. ¿Es bueno? Sin duda. Este es un álbum que odia la moderación.

7.5/10

martes, 16 de septiembre de 2025

Between The Buried And Me - "The Blue Nowhere" (Progressive / Avant-Garde / Blues / Rock 'n Roll)

“The Blue Nowhere” de Between The Buried And Me es un testimonio de la creatividad desenfrenada de la banda, consolidando aún más su reputación como uno de los grupos más aventureros del Progresivo. Si bien no alcanza la brillantez de discos anteriores como “Automata I” (2018) y “Automata II” (2018), destaca por su audaz experimentación, impresionantes zonas instrumentales y fascinantes exploraciones vanguardistas, incluso con toques inesperados de Rock 'n Roll y Blues.

Desde el principio, “The Blue Nowhere” es una escucha extensa y enérgica, que equilibra momentos de caos desenfrenado con tramos de delicada fragilidad. La gran variedad de instrumentos que abarca desde clásicos del Progresivo hasta instrumentos de viento y cuerda, crea un tapiz musical idiosincrásico y los arreglos saltan de forma impredecible entre géneros: Electrónica, Jazz, Bluegrass y, el mencionado Rock 'n Roll con fuertes influencias del Blues. El toque Avant-Garde del álbum se mantiene siempre presente, desafiando los límites tanto de forma sutil como audaz.

Instrumentalmente, el álbum rebosa virtuosismo. Cada herramienta se desmarca de sus propios límites, entrelazando líneas de guitarra en duelo, baterías frenéticas y sintetizadores superpuestos con un toque cinematográfico. Las secciones rebosan de técnica, pero siempre al servicio de la canción: la complejidad nunca es autocomplaciente por sí misma y ​​la banda sigue transitando la delgada línea entre la innovación y el exceso. 

El tema Absent Thereafter, siendo la ambiciosa pieza central del álbum, es una muestra épica del enfoque de la banda en la fusión de géneros. Entreteje capas y capas de riffs dinámicos, alternando fluidamente entre la pesadez, melodías evocadoras e incluso vibrantes secciones con influencias Bluegrass. La interpretación vocal de Tommy Rogers es especialmente potente, canalizando tanto coros contundentes como una sutil vulnerabilidad. Esta canción se erige como uno de los ejemplos más claros del alcance imaginativo de la banda en este disco y como tal queda nominada a Canción del Año de ELOMC.

El otro tema destacado es Beautifully Human, este cierre de disco ofrece una profunda culminación emocional. Un meditativo motivo de piano de cuatro notas ancla la canción, dando paso a un final exuberante y catártico que une los temas del álbum. El tema irradia calidez y reflexión, con un impresionante solo de guitarra y algunas de las mejores voces de Rogers, dejando al oyente con una sensación de sanación y resolución. Se destaca con frecuencia como un punto culminante particular tanto por su belleza compositiva como por su resonancia emocional, obviamente también queda nominada.

Si bien “The Blue Nowhere” rebosa de momentos destacados, no siempre alcanza la cohesión conceptual bien definida y los puntos culminantes de “Automata I” y “Automata II”. En ocasiones, la abundancia de ideas alocadas y la combinación de géneros pueden resultar abrumadoras y la falta de una línea temática única pudo dejarme a la deriva. Sin embargo, al igual que “Coma Ecliptic” (2015), uno de los discos más exitosos y queridos por los fans de la banda, “The Blue Nowhere” se nutre de su incansable espíritu experimental y su deseo de sorprender.

Si bien no impecable, “The Blue Nowhere” es un álbum notablemente bueno, rico en exploración audaz y profundidad musical. Sus zonas vanguardistas y sutiles (o ni tanto) toques de Blues ofrecen refrescantes momentos de sorpresa y consolida a Between The Buried And Me en el tope de su género.

8/10. Es verdad, la portada es fea.


domingo, 14 de septiembre de 2025

Nuclear Dudes - "Truth Paste" (Grindcore / Powerviolence / Digitalcore)

Cambiando totalmente de orientación respecto al comentario anterior y porque una de las cosas que más me atrae del Metal es su capacidad de encapsular emociones casi totalmente inexploradas por el resto de la música, conversamos ahora de un disco de Grindcore con toque de Powerviolence de una banda -realmente un unipersonal llevado de la mano por Jon Weisnewski, llamado Nuclear Dudes-, con su quinta entrega "Truth Paste"... veintitrés minutos de un tren de rabia pasándote por la cabeza.

Yo se que este tipo de trabajos, bandas, sonidos, son nicho. Es más, perdono de corazón a quienes puedan en algún momento llamarlo 'ruido' (aunque el Noise es, efectivamente, un género aparte), pero no por eso me parece que para los más aventureros en sus paseos metaleros este tipo de trabajo no pudiera dejar algo. En todo caso y entrando en materia, "Truth Paste" es el tipo de disco que te hace preguntarte si tu sistema nervioso puede sufrir un cortocircuito. Este no es tanto un álbum como una broca cibernética dirigida al tejido blando de tu cerebro. Marea, tritura y por momentos, digitaliza la carnicería en algo que suena como si Discord y Napalm Death hubieran tenido un hijo criado exclusivamente con bebidas energéticas y mensajes de error.

El Powerviolence siempre se ha basado en la brevedad y el trauma contundente, pero Nuclear Dudes añade un toque ultravioleta. Los sintetizadores vibrantes y las texturas con fallos se sienten como un segundo guitarrista escapado de un módem de los 90s. Pero incluso hay temas como Juggalos For Congress donde Weisnewski deja que fluya melodía lenta en medio del caos. El que conoce un poco de esto sabe que la presentación en vivo de este tipo de trabajos es escasa, pero cuando se logra encontrar, altamente retributiva. Finalmente el Grindcore a este nivel busca impactar, no necesariamente 'gustar' en el sentido usual de la palabra. 

El disco es de agresividad implacable y velocidad caricaturescamente precisa. Te pasas los primeros temas moviendo la cabeza, intentando mantener el ritmo, y a mitad de camino te ríes de la audacia (y el  grito de 'oh my god, it's hug....'). Los riffs se difuminan en vibrantes cadenas de caos, solo para ser interrumpidos por repentinos efectos electrónicos de sonido que parecen salidos de Mortal Kombat y sin embargo lo que se percibe está sincronizados para arrastrar al oyente a nuevas dimensiones de pánico.

No es fácil comparar a Nuclear Dudes con los veteranos del Grindcore (Carcass o similares) pues "Truth Paste" se siente como una mutación de nueva generación: música que ama la crudeza del Powerviolence, venera la velocidad del Grindcore y la alimenta a través de un sampler cibernético hasta que suena como la última conexión a internet de la humanidad gritando de agonía. El tema Napalm Life al inicio, con el sampleo de Welcome To The Jungle, está excelente.

7.5/10


lunes, 8 de septiembre de 2025

Helloween - "Giants & Monsters" (Power / Speed)

"Giants & Monsters" de Helloween es un álbum que se siente atrapado entre la competencia y la indiferencia. No puedo entender como viniendo de "Helloween" (2021) donde hicieron y sorprendieron tanto, hoy repiten fórmulas agotadas. No es un fracaso en absoluto, técnicamente, la banda ejecuta todo bien, la producción es pulida y la musicalidad es fiable, pero casi nunca supera el nivel de un disco aceptable. Lo que Helloween ofrece aquí es un modelo trillado de habituales guitarras rápidas, coros predeciblemente altísimos y un contenido lírico que se adapta cómodamente al tono heroico y fantasioso que los ha caracterizado durante décadas. Desafortunadamente, "Giants & Monsters" no tiene mucho que estimule o sorprenda.

Desde el primer tema, queda claro que la banda se basa casi exclusivamente en trucos ya establecidos. El ritmo es de medio a rápido, las guitarras producen solos armonizados y las voces alcanzan los obligatorios clímax agudos. Para el tercer o cuarto tema, se instala una sensación de déjà vu, a medida que los riffs se difuminan y los coros reciclan cadencias familiares. Nada falla del todo, pero tampoco nada se siente nuevo. 

Incluso cuando las canciones intentan extenderse (momentos más lentos, tipo balada, o solos instrumentales ligeramente más largos), la impresión es que la banda juega sobre seguro dentro de su marco reservado. Estos cambios parecen añadidos en lugar de desviaciones atrevidas. El resultado es una colección de canciones que se pueden escuchar sin irritación, pero que se desvanecen rápidamente de la memoria una vez que termina el disco. Puede que destaquen un poco más We Can Be Gods y Universe (Gravity For Hearts).

A diferencia de colegas como por ejemplo Judas Priest, que a lo largo de las décadas y especialmente de forma reciente han logrado reinventar su sonido preservando su identidad esencial, Helloween parece conformarse con ofrecer un álbum que agrada superficialmente, pero que no genera un impacto profundo. Mientras que la carrera final de Priest a menudo tiene una sensación de urgencia y un fuego renovado, "Giants & Monsters" se contenta con repetir temas trillados.

Este es un álbum que nadie odiará. Los fans del característico Speed y Power de la banda encontrarán este disco perfectamente útil. Si buscan la tradicional mezcla de tempos rápidos, coros dramáticos y temática fantástica, este álbum la ofrece con creces. Pero para quienes buscamos momentos destacados -canciones que estén a la altura de los trabajos más conocidos de la banda o para presentar a nuevos oyentes-, el trabajo se queda corto. Ningún tema exige ser reproducido nuevamente de inmediato, ningún riff taladra la memoria y ningún coro se eleva más allá de lo común.

"Giants & Monsters" refleja, en última instancia, el problema de una banda que se siente cómoda con su fórmula, sin ganas de desafiarse creativamente. El disco no es malo, pero es completamente seguro, suficiente para llenar un vacío, pero no destinado a mucho más. 

6.5/10


jueves, 4 de septiembre de 2025

In Mourning - "The Immortal" (Progressive Melodic Death)

In Mourning se ha mantenido durante mucho tiempo como uno de los grupos de Death Melódico Progresivo más consistentes, aunque a la vez infravalorados. Con "The Immortal", el colectivo sueco ofrece lo que bien podría ser el disco más agresivo y vanguardista de su carrera. Mientras que sus álbumes anteriores, como "The Weight Of The Oceans" (2012) "Afterglow" (2016), "Gardens Of Storm" (2019) construyeron su identidad a partir de atmósferas lúgubres, un intrincado trabajo de guitarra y un cuidadoso equilibrio entre melodía y pesadez, este nuevo disco profundiza en cada aspecto. El resultado es un álbum vibrante pero lleno de matices que no solo consolida su rico sonido característico, sino que lo eleva a nuevas alturas.

Una de las cualidades más llamativas de "The Immortal" es su inmediata imponencia. Comparado con sus obras más reflexivas, como "Afterglow", este disco enfatiza la propulsión y la agresividad atronadora sin sacrificar la profundidad. La banda ha aumentado la intensidad rítmica, con riffs más contundentes y una batería dinámica que impulsa la música hacia adelante como una corriente imparable. Si bien los trabajos anteriores a veces se inclinaban por etapas de desarrollo gradual o largas reflexiones, aquí cada tema transmite una fuerte sensación de urgencia. Esto no significa que el álbum abandone la atmósfera; de hecho, todo lo contrario. Los elementos más punzantes solo sirven para intensificar el aura melancólica que siempre ha sido la fuerza de In Mourning.

Dos canciones en particular destacan como algunos de los mayores logros de la discografía de la banda: Songs Of The Cranes y As Long As The Twilight Stays. La primera es una pieza oscura y majestuosa que equilibra la ferocidad con matices etéreos. Sus cambiantes estados de ánimo encarnan a la perfección la habilidad única de la banda para tejer una violenta pesadez con una belleza conmovedora, creando una atmósfera casi cinematográfica. La segunda canción, por su parte, se siente como un momento culminante en la trayectoria artística de In Mourning, esta se despliega con una inmensa sensación de grandeza, combinando una atmósfera cautivadora, riffs abrasadores y una de las entregas más emotivas que la banda ha grabado. Juntas, estas dos canciones representan tanto el corazón emocional como la culminación musical de "The Immortal", nominadas a Canción del Año de ELOMC

En retrospectiva, "The Weight of Oceans" fue quizás el lanzamiento más expansivo y atmosférico de la banda, impregnado de mitos náuticos y estructuras narrativas más amplias. "Garden of Storms" se apoyó más en un riff intenso, pero con un tono general ligeramente más crudo. "The Immortal" encuentra el punto medio perfecto: se centra en la agresividad mientras envuelve las composiciones en una producción prístina, casi cristalina, que realza cada detalle. Desde las texturas de bajo más nítidas hasta las armonías de guitarra en capas y los rugidos vocales, el disco brilla con excelencia técnica. La producción permite que su lado agresivo golpee con más fuerza que nunca, a la vez que resalta la delicada interacción melódica y la atmósfera espaciosa: un equilibrio que pocos discos de Metal logran con tanta claridad.

Lo que hace a "The Immortal" tan impresionante es la contundencia con la que reafirma por qué In Mourning se encuentra entre los abanderados más subestimados del Melodeath Progresivo escandinavo. No se trata tanto de una reinvención como de una culminación: una consolidación de todo aquello en lo que siempre han destacado, perfeccionado en algo urgente e imponente. Pesado pero elegante, directo pero con múltiples capas, es un álbum que premia la energía inmediata, pero también la escucha repetida.

Para los fans de toda la vida, "The Immortal" lo sentimos como la culminación de años de evolución: una declaración definitiva de una banda que realmente ha dominado su arte. Para los recién llegados, puede ser el punto de partida perfecto: accesible en su agresividad, pero lo suficientemente rico como para desentrañar dimensiones más profundas con cada regreso. Si alguna vez hubo un disco que demostrara el lugar de In Mourning entre los grandes, éste lo es.

9/10 Nominado como Disco del Año de ELOMC.


sábado, 23 de agosto de 2025

Alestorm - "The Thunderfist Chronicles" (Power / Folk)

Alestorm es, en mi opinión, un caso de estudio en el Metal. Por un lado, han dominado su identidad: Folk/Power de temática pirata fusionado con un sentido del humor grandilocuente, estribillos pegadizos y esa arrogancia que enloquece al público de los festivales -nada como repetirle a 50k asistentes aquello de Fucked You With An Anchor y salir indemnes-. Han mantenido esa misma identidad a lo largo de múltiples discos con una consistencia asombrosa. Por otro lado, esa misma consistencia se ha acercado peligrosamente a la previsibilidad. "The Thunderfist Chronicles", es quizás la encarnación más pura de esta paradoja hasta la fecha: musicalmente potente, temáticamente agotador.

Es innegable que Alestorm hace buena música. Su sentido de la melodía, la forma en que combinan la instrumentación con la ferocidad del Power y su oído para los estribillos inolvidables están siempre presentes. La producción es nítida, los arreglos más impactantes que nunca y sus característicos coros parecen diseñados para hacer vibrar a un mar de fans coreando con entusiasmo. Si buscas riffs divertidos, caóticos y cargados de cerveza sobre navegación y saqueo, este álbum cumple a la perfección esa promesa. Canciones como Banana o Killed To Death By Piracy suenan bien, construidas para provocar cantos instantáneos y moshs por igual. A primera vista, eso solo es motivo suficiente para brindar.

Pero aquí es donde llega la frustración: Alestorm lleva mucho tiempo usando la misma estrategia. Desde sus primeros trabajos hasta la actualidad, su fórmula rara vez se desvía. Temas de piratas, tesoros, ron, caos: todo está ahí, en un bucle que parece indistinguible de sus anteriores. Por momentos, "The Thunderfist Chronicles" es un auto plagio de ellos mismos, como si la parodia hubiera superado a la inspiración. Sí, la banda se ha forjado un nicho, sí, es casi solo suyo, pero ¿en qué momento caer en la broma empieza a socavar el talento genuino de estos músicos?

"The Thunderfist Chronicles" es bueno a pesar del eterno déjà vu: destellos de innegable grandeza nos recuerdan que Alestorm puede superar su propia caricatura cuando se permite expandirse. El imponente cierre, Mega-Supreme Treasure Of The Eternal Thunderfist, es la joya de la corona del disco -nominada a Canción del Año de ELOMC-. Es triunfante, compleja, tiene algunas colaboraciones que paran los pelos, como la de Rusell Allen (Symphony X) y creativamente ambiciosa con diecisiete minutos de duración que confirman que si pueden, pero rara vez se atreven. Hay grandeza en su estructura, un dramático sentido narrativo en la instrumentación y una especie de elevada carga emocional que trasciende las parodias del Metal con alcohol. Demuestra que Alestorm es absolutamente capaz de crear canciones que no solo son divertidas, sino genuinamente poderosas y conmovedoras. Uno no puede evitar desear que exploraran esta faceta de sí mismos más a menudo.

Alestorm ha demostrado varias veces que puede llenar un estadio con su particular estilo, pero "The Thunderfist Chronicles", si bien entretenido, deja una persistente sensación de potencial inexplorado. La banda parece reacia, o quizás demasiado cómoda, a adentrarse en aguas desconocidas. Por mucho que sus fans nos deleitemos con el interminable humor empapado en ron, no cabe duda de que este grupo de músicos podría explorar horizontes artísticos más amplios sin perder su identidad. Si combinaran la diversión y la inmediatez de su sonido característico con la profundidad y la ambición que se insinúan en el tema final, podrían crear algo verdaderamente extraordinario, algo que silenciaría a los escépticos que los descartan como un espectáculo de esos llamados 'one hit wonder'.

Por ahora, "The Thunderfist Chronicles" es tanto una celebración de las debilidades y fortalezas de Alestorm. Es hora de que esta banda se desafíe a sí misma, de ir más allá de la caricatura y abrazar todo su potencial. Nos han demostrado que el cofre del tesoro no está vacío: ahora les toca dejar de dar vueltas alrededor de las mismas islas y atreverse a zarpar hacia aguas más profundas.

7/10


miércoles, 20 de agosto de 2025

Blackbraid - "Blackbraid III" (Melodic Black)

Escuchar "Blackbraid III" del unipersonal llevado de la mano por Jon S. Krieger (a.k.a. Sgah’gahsowáh) -Blackbraid se llama la banda- es como ser emboscado en un bosque por un grupo de espíritus que se especializan en ingeniería de audio en sus fines de semana. En un momento estás admirando un agradable pasaje acústico con delicadas guitarras Folk revoloteando como pájaros alrededor de tus oídos y al siguiente te aporrean riffs tan potentes que instintivamente compruebas si sigues en pie. Es una experiencia sonora que exige rendirse a la oscuridad o, al menos, invertir en altavoces más potentes.

Hablemos primero de la calidad del sonido, porque este álbum no solo suena 'bien', sino que suena como si hubiera sido mezclado minuciosamente en una cueva escondida donde los ecos están ecualizados naturalmente por antiguas estalactitas. Cada línea de guitarra punteada con trémolo se abre paso con la suficiente brillantez como para hacer vibrar el suelo, mientras que la sección rítmica pisa con la sutileza de un mamut. Se nota que se prestó mucha atención a la producción: es lo suficientemente crudo como para sonar mortal, pero lo suficientemente pulido como para que sepas que se hizo así a propósito.

La intensidad está al máximo nivel. El disco pasa fluidamente de la furia del Black a pasajes atmosféricos y evocadores que suenan como si un bardo fantasmal hubiera entrado en la sesión. Nunca decae; incluso los tramos más tranquilos tienen una energía melancólica, como si esperaran a que sea socialmente aceptable volver a detonar los audífonos. 

La oscuridad del sonido es omnipresente: una melancolía opresiva, pero extrañamente reconfortante. Tiene una escala cinematográfica, casi como la banda sonora de un documental de vida silvestre donde los lobos conquistan un reino menor. Pero entonces, justo cuando las sombras amenazan con tragarlo todo, se deslizan estas líneas de guitarra y flautas sorprendentemente melódicas, como en God Of Black Blood -nominada a Canción del Año de ELOMC-. No se trata de una oscuridad plana y monocromática; es una mezcla de capas, llena de texturas donde la belleza y la amenaza luchan constantemente.

El sonido de la guitarra tiene riffs que son pura potencia tomada en algunos casos del Heavy pero cuidadosamente ennegrecidos. Son tan agudos como para atravesar glaciares, pero lo suficientemente cálidos como para mantenerse encendido el fuego en una noche nevada. Me atrajo particularmente que hay un tira y afloja constante entre el caos agitado y las melodías, canciones como Tears Of The Dawn o And He Became The Burning Stars... lo demuestran.

Las influencias Folk se cuelan para recordarte que Blackbraid no se trata solo de devastación sónica; también está aquí para invitar a sus ancestros a bailar bajo la Luna. Los interludios acústicos no parecen tanto añadidos como conjurados orgánicamente, como si el bosque exigiera su existencia. Le dan al álbum un respiro, solo para hacer que el regreso a la distorsión total sea aún más fuerte.

En resumen, "Blackbraid III" no es solo un álbum; es una sesión de sonido inmersiva. Un disco atmosférico que probablemente debería venir con una máquina de humo y tan melódico que lo tararearás mientras afilas espadas imaginarias. 

8.5/10


miércoles, 13 de agosto de 2025

Halestorm - "Everest" (Alternative / Heavy)

Mira que siento que estoy en contacto con el mundillo que rodea el Metal y sin embargo no tengo claro el más que inusual nivel de hate que sufre Halestorm. Es verdad que la banda se mueve entre el Alternative, el Core, el Heavy y su dosis de cierto Pop, cosa que hace que nuestro sector musical le tenga cierto recelo por lo que algunos podrían denominar 'indefinición'. Puedo estar de acuerdo con esto, de hecho es lo que lastra sus trabajos, incluso éste, pero dentro de cada entrega de la banda que lidera Lzzy Hale siempre o casi, hay algunas cosas que valen la pena. El punto es que no creo que los comentaristas al uso sean siempre honestos con Halestorm.

"Everest" séptimo larga duración de la banda, tiene -exactamente- los elementos mencionados en el párrafo anterior y cómo no, decae en algunos temas, es verdad. Pero el trabajo tiene algunas buenas canciones, quizás se puedan percibir un tanto sueltas, pero no por eso desmeritables. Especialmente el tema Darkness Always Wins, me pareció un puto temazo que tiene que impresionar a más de uno, una canción que pasa de la balada fácil, de ultra pegadizo coro, pero hermosa, a la agresión -contenida, cierto- de una instrumentación cercana a la perfección, muy medida en la velocidad a la que se va desarrollando. A pesar de la nota del disco que verán abajo, el tema es un claro contendiente a Canción del Año de ELOMC y como tal queda nominado.

En el centro de "Everest" se encuentra la imponente voz de Hale, feroz y emotiva a partes iguales. Su interpretación oscila con naturalidad entre aullidos guturales y murmullos blues, ayudando incluso al material más débil con su carisma. Instrumentalmente, el álbum lo hace bien, aunque a veces decae, pero en general se perciben muy cohesionados, lo mejor, la guitara. Ojo, entiendo que este disco está grabado estando todos juntos en el estudio, no por pistas separadas como hace el 99,9% de las bandas, esta inusual decisión ciertamente captura la espontaneidad de la banda, otorgando a las canciones una inmediatez cruda, lista para concierto.

Desafortunadamente y como mencioné, la cohesión estilística es, en el mejor de los casos, floja: el álbum oscila entre algunos momentos excelsos a baladas Góticas, Thrash débil y Blues, muchas veces con escasa conexión. Esta incesante oscilación entre géneros puede hacer que la experiencia auditiva resulte inconexa, con algunas canciones que resultan ser declaraciones feroces, como la canción K-I-L-L-I-N-G o Gather The Lambs y otras que parecen meditaciones de estilo en lugar de sustancia, tipo I Gave You Everything. Cuando la composición no está a la altura de la ambición de la banda, corren el riesgo de caer en la mediocridad, especialmente en comparación con los temas claramente destacados.

A pesar de su irregularidad, "Everest" es un testimonio de la voluntad de Halestorm de superar sus límites. Cuando funciona, la mezcla de vulnerabilidad y bravuconería crea algunos de sus mejores momentos hasta la fecha, con sus cosas, creo que hay que escucharlos. 

7/10

lunes, 11 de agosto de 2025

Vauruvã - "Mar da Deriva" (Atmospheric Black / Progressive / Folk)

"Mar da Deriva" marca un capítulo conmovedor y radical en la evolutiva saga de Vauruvã, a quienes tenía en el radar desde su "Por Nós Da Ventania" (2022) pero se me había pasado comentar. Esta nueva entrega es una ambiciosa odisea de solo tres temas y contenidos treinta y seis minutos, que respira el espíritu de Brasil, tanto musical como temáticamente. Originarios de Río de Janeiro, el dúo formado por Caio Lemos y Bruno Augusto Ribeiro canaliza la diversa topografía y mitología de su tierra natal en una mezcla de Black Atmosférico, texturas Progresivas y una atmósfera de raíz Folk.

Brasil está presente aquí no como un telón de fondo, sino como un pulso vivo, entretejido en el adn de la música. El álbum se inspira en la tropicalia, las leyendas amazónicas y las tradiciones folclóricas nativas, manifestándose en pasajes de guitarra acústica, grabaciones de campo de la selva tropical y estructuras melódicas que evocan el folclore brasileño. El viaje plasmado en "Mar da Deriva" es casi cartográfico: el tema inicial, Legado, evoca paisajes primigenios intactos que pronto chocan con fuerzas depredadoras que sugiere en el tema Os Caçadores, para finalizar con As Selvas Vermelhas No Planeta Dos Eminentes es un quejido que denuncia a poderosos intereses que se ceban en la amazonía.

Desde las primeras notas el disco se destaca: me encontré con una lluvia de blast beats, guitarras ásperas que alternan entre punteos trémolos y melodías serpenteantes. La intensidad es incesante, pero nunca monótona; la agresividad se ve acentuada por los cambios de tempo y color. En la evocadora pieza central del álbum, se fusiona Black con interludios Folk de ensueño: tras riffs frenéticos y una percusión implacable, se produce un silencio repentino: un tranquilo motivo de sintetizador y guitarras acústicas, acentuado por el canto de los pájaros que evoca una paz fugaz antes de que se reanude la tempestad. El tema de cierre es a la vez una culminación y un descenso: comienza con ominosos sonidos ambientales y evoluciona hacia una saga de Black con tinte Psicodélicos, repleta de baterías y un apasionado trabajo de guitarra. Lemos y Ribeiro intercambian gritos, guturales y voces limpias, amplificando la tensión emocional.

Me parece que lo que distingue a "Mar da Deriva" es su capacidad para equilibrar la agresividad con la introspección. La estructura del álbum permite un desarrollo orgánico e imprevisibilidad. Sus vínculos con la herencia musical brasileña impregnan las canciones de calidez y melancolía, pero la postura general es contundente. Vauruvã si bien se inspira en la violencia del Black, también abraza el sentido de aventura del Progresivo.

"Mar da Deriva" es un disco luminoso y tumultuoso: su agresividad es primaria, su atmósfera  evocadora y sus raíces brasileñas inconfundibles. Ya sea que uno se sienta atraído por su ferocidad implacable o por sus momentos de rara belleza, el álbum se erige como testimonio de la visión de Vauruvã.

8.5/10


martes, 5 de agosto de 2025

Crimson Shadows - "Whispers Of War" (Extreme Power)

Crimson Shadows regresa con "Whispers Of War", un álbum que busca ser una experiencia cinematográfica y atronadora, pero que como ha ocurrido con algunos de los más recientes discos comentados aquí, con demasiada frecuencia se derrumba bajo el peso de su propia ambición. La banda canadiense de Extreme Power, que ya elogié en su "Kings Among Men" (2014) por su habilidad para combinar riffs vibrantes con melodías envolventes y coros imponentes, trae esta vez una fórmula que se siente recargada, caótica y quizás lo más grave, agotadora.

Desde los primeros momentos, "Whispers Of War" avanza a toda velocidad, incorporando una y otra vez instrumentación: riffs densos, dobles bombos implacables, elementos orquestales, gritos, voces en duelo (growls y limpias) y coros. Si bien cada componente se ejecuta con maestría por separado, juntos a menudo se difuminan en un muro de ruido indistinto. La producción, aunque potente, no deja mucho espacio para que la música respire. Es como si todos los canales estuvieran subidos al máximo, y el resultado es más abrumador que inmersivo.

En comparación con los trabajos anteriores adolece claridad y enfoque. Sus discos anteriores no eran minimalistas en absoluto, pero al menos tenían cierta estructura y un ritmo dinámico. Las canciones tenían espacio para evolucionar; las melodías eran memorables; la interacción entre voces ásperas y limpias añadía un dramatismo genuino. En este disco, ese equilibrio se pierde. Las voces, aunque técnicamente sólidas, a menudo se pierden en la mezcla recargada o compiten por espacio con la instrumentación sobrecargada. Las voces limpias, en particular, se sienten forzadas, como si cumplieran con un requisito en lugar de contribuir al arco emocional de la canción.

Hay momentos en los que la banda insinúa brillantez -un puente bien elaborado, una ingeniosa armonía de guitarra-, pero estas chispas se ahogan rápidamente en la avalancha sonora circundante. Los estribillos se difuminan y a mitad de camino se vuelve difícil distinguir una canción de la siguiente. Lo que me resulta particularmente frustrante es que Crimson Shadows es claramente una banda con mucho talento. La musicalidad nunca está en duda: el trabajo de calado es impresionante, la batería retumba como artillería y la energía es innegable. Pero en "Whispers Of War", da la sensación de que intentaron concentrar cada idea, cada instrumento, cada floritura dramática en cada tema y el resultado es una sobrecarga sensorial que no logra conectar a un nivel más profundo.

En definitiva, "Whispers Of War" no es un álbum malo, simplemente es indisciplinado. Los fans del sonido rimbombante quizá disfruten de su fuerza y velocidad, pero para quienes buscan matices, ritmo o una composición memorable, este álbum probablemente se sentirá como una batalla de desgaste. Crimson Shadows todavía tiene las herramientas, pero en esta ocasión las ha utilizado sin reparar en artículos.

6.5/10