El Lado Oscuro Metal Critica

Heavy Symphonic Death Black Power Folk Progressive Viking Epic Gothic Folk Melodic Neoclassic Stoner Technical NWOBHM Melodeath Speed Avant-Garde Thrash Psychodelic Brutal Post Art Atmospheric Extreme Gothic Doom... críticas, comentarios y reviews en español ... pero sólo a veces

martes, 18 de noviembre de 2025

Aephanemer - "Utopie" (Symphonic Melodic Death)

Desde su "A Dream Of Wilderness" (2021) he tratado de seguirle la pista a estos franceses y ahora con "Utopie", Aephanemer vuelven a la aventura de Death Melódico Sinfónico rebosante de dramatismo orquestal, ambición maximalista, interpretación apasionada y exuberantes melodías que transportan a los oyentes a paisajes sonoros épicos con los que me conquistaron. En esta oportunidad la banda crea un álbum audaz y cinematográfico, entrelazando la grandeza clásica con la precisión del Metal extremo, ofreciendo así uno de los lanzamientos más ambiciosos del género este año.

Desde el primer tema, Aephanemer sumerge a su público en la majestuosidad orquestal y sus intrincados arreglos. Cada canción se construye sobre una base sinfónica: cuerdas y coros se elevan tras guitarras demoledoras y una batería atronadora. La influencia cinematográfica es primordial, convirtiendo cada canción en una pieza de una narrativa sonora mayor. El sonido general es decididamente maximalista, empleando instrumentación en capas para evocar una sensación de conquista y viaje épico, similar a las bandas sonoras de películas en intensidad y magnitud.

La épica de "Utopie" se mantiene a lo largo de toda su duración, particularmente en cómo las melodías se desarrollan con pasión y grandeza, y en cómo los temas narrativos evocan ideas filosóficas utópicas a través de la música. La voz de Marion Bascoul, interpretada íntegramente en francés, añade una presencia única e imponente, fusionando profundidad emocional y agresividad con un toque poético. La duración del álbum y su formato de doble disco (segunda parte instrumental) refuerzan aún más la naturaleza grandiosa y ambiciosa de la obra.

El tema Contrepoint se erige ferozmente melódica y orquestal, construida sobre una fusión de guturales atronadores y una guitarra solista deslumbrante. Combina motivos folclóricos con florituras clásicas, creando una canción digna de un campo de batalla medieval, pero tan refinada como una sala de conciertos. Mientras tanto, La Rivière Souterraine emerge como una pieza instrumental impresionante, que comienza con una orquestación exuberante y cinematográfica antes de estallar en un viaje melódico intenso y de múltiples capas, con la fuerza de la banda sonora de una película épica. 

Si bien "Utopie" destaca por su ambición y ejecución, su orquestación maximalista y su marcada melodía pueden resultar abrumadoras para algunos oyentes. El sonido del álbum es pulido, teatral y, en ocasiones, roza la sobreproducción, con una estética de banda sonora cinematográfica que a veces eclipsa elementos crudos y viscerales. El intenso enfoque en la melodía, aunque a menudo emocionante, puede llegar a ser predecible, reduciendo potencialmente la sensación de imprevisibilidad que caracteriza a las mejores obras de sonido extremo.

"Utopie" es un triunfo apasionado, orquestal y cinematográfico que expande los límites del estilo. Aephanemer ofrece una experiencia auditiva intensa y maximalista, si bien la ocasional sobreproducción y el exceso de melodía dejan algo de margen para la crítica.

7.5/10


martes, 11 de noviembre de 2025

Sabaton - "Legends" (Power)

"Legends" de Sabaton llega como una entrega potente y a la vez familiar al catálogo de la banda sueca, consolidando su reputación como maestros del Power grandilocuente con temática histórica. Tras una larga lista de álbumes conceptuales como "The Great War" (2019) y "The War to End All Wars" (2022), "Legends" adopta un enfoque más fragmentado. En lugar de narrar una historia coherente, la banda opta por una colección de canciones independientes, cada una un himno que rinde homenaje a diferentes momentos de heroísmo, rebeldía y sacrificio. Es un ligero cambio en la estructura, pero no en el espíritu.

Estaba un poco asustado sobre lo que me iba a encontrar porque las críticas usuales hacen bastante daño a lo presentado, pero desde el primer tema, "Legends" irrumpe con el sonido y la confianza que los fans esperan. Las guitarras son afiladas, los teclados (a veces exagerados, es verdad) se elevan y la inconfundible voz de Joakim Brodén ancla cada grito de guerra con convicción. La producción, pulida pero contundente, captura el mismo muro de sonido que ha definido a la banda desde "The Art Of War" (2008). Esta vez, sin embargo, el enfoque se centra menos en la cohesión narrativa y más en canalizar energía y emoción puras en cada tema.

Ese cambio le da a "Legends" un impulso diferente. Sin las limitaciones de un álbum conceptual, Sabaton suena más libre, quizás incluso más audaz. Las canciones respiran y evolucionan en direcciones propias, pero están unidas por la inconfundible fórmula musical del grupo: ritmos galopantes, coros superpuestos, melodías heroicas y estribillos triunfales. Aun así, si bien "Legends" ofrece todo lo que hace a Sabaton reconocible al instante, no sorprende demasiado. Hay pocos momentos que alcancen las cotas emocionales o musicales de "Carolus Rex" (2012) o "The Last Stand" (2016). El álbum se siente más como una reafirmación de identidad que como una evolución. Es Sabaton en estado puro: sólido, rebosante de la energía que los caracteriza, pero reacio a salir de su zona de confort. Hay destellos de genialidad en los coros y las melodías pegadizas, aunque la previsibilidad atenúa el impacto general.

En definitiva, "Legends" se erige como un buen disco que reafirma las fortalezas de Sabaton en lugar de reinventarlas. Es épico y heroico, rebosante de convicción y emoción, y ejecutado con maestría. Si bien quizá no alcance la profundidad artística de sus obras conceptuales más ambiciosas, nos recuerda que pocas bandas logran semejante poder épico con la misma constancia. Puede que "Legends" no sea su mejor momento, pero es un disco inconfundible de Sabaton: audaz, orgulloso y épico (¿ya lo dije?).

7/10


viernes, 7 de noviembre de 2025

An Abstract Illusion - "The Sleeping City" (Progressive Melodic Death)

"The Sleeping City" de An Abstract Illusion es un ejemplo impactante de cómo el Melodeath Progresivo puede seguir rompiendo esquemas sin perder su profunda emotividad. El cuarteto sueco, ya conocido por fusionar complejidad melódica con una contundencia sonora devastadora en su anterior "Woe" (2022), regresa con un álbum que se siente a la vez como una meditación y una tormenta. Cada instante parece meticulosamente elaborado, y el resultado es un disco atmosférico, melancólico, complejo, melódico, agresivo, denso, épico, apasionado y triunfal.

Desde sus primeros compases, "The Sleeping City" crea una atmósfera envolvente que sumerge al oyente en un mundo sonoro paralelo. Capas y capas de texturas de sintetizador y melodías de guitarra entrelazadas crean una cualidad onírica, dotando al álbum de su alma melancólica. Sin embargo, esta melancolía nunca se convierte en desesperanza; al contrario, se transforma en una fuente de poder, alimentando el núcleo emocional del disco y potenciando su narrativa inmersiva.

En cuanto a la contundencia, An Abstract Illusion continúa demostrando su maestría en el contraste dinámico. Las transiciones entre riffs oscuros, trémolos y radiantes oleadas melódicas se ejecutan con una precisión impecable. Los blast beats retumban bajo cascadas de tonos de guitarra limpios y sintetizadores que parecen brillar como la niebla sobre las montañas. Es un sonido que se siente a la vez meticulosamente compuesto y profundamente sentido, reafirmando el compromiso de la banda con la autenticidad emocional incluso dentro de los límites técnicos de su género.

Conceptualmente, el álbum se desarrolla como una narrativa unificada que equilibra la desesperación existencial con destellos de trascendencia. El marco conceptual de la banda invita a la interpretación, abordando temas como el aislamiento, la vida moderna y la búsqueda de sentido en medio de la decadencia. Esta cohesión convierte a "The Sleeping City" no solo en una colección de canciones, sino en un viaje completo, una suite que exige atención plena y recompensa las escuchas repetidas. Cada tema contribuye a un arco emocional y estructural mayor, culminando en momentos genuinamente épicos y apasionados.

Musicalmente, los arreglos logran un equilibrio excepcional: complejos y melódicos, agresivos y conmovedores. La riqueza sonora es palpable, con detalles que emergen gradualmente: coros, florituras de teclado y contramelodías que podrían pasar desapercibidas en una primera escucha, pero que profundizan la resonancia emocional con el tiempo. La producción complementa esta densidad, enfatizando los momentos más caóticos. Sin embargo, esto también conlleva una de las pocas debilidades del álbum: la mezcla general se siente demasiado comprimida. El rango dinámico a veces parece aplanado, privando a algunos momentos culminantes del espacio que merecen. Un poco más de apertura en la masterización habría resaltado los contrastes que definen el sonido de la banda.

Otra pequeña deficiencia es el tema Silverfields. Si bien es competente y emocionalmente sincero, no alcanza las cotas visionarias del resto del material. Sus ideas se sienten algo menos desarrolladas, funcionando como una meseta entre picos en lugar de una cumbre en sí misma. Aún así, canciones como Blackmurmur (nominada como contendiente a Canción del Año), Like a Geyser Ever Erupting, Emmett y The Sleeping City, son excelentes temas que recompensan en cada repetición.

Fuera del par de defectos menores mencionados, este es un disco por lo demás cautivador. "The Sleeping City" es un testimonio de la capacidad de An Abstract Illusion para fusionar una intrincada musicalidad con una gran ambición emocional.

8/10


viernes, 31 de octubre de 2025

Coroner - "Dissonance Theory" (Thrash / Technical Thrash)

"Dissonance Theory" de Coroner supone un regreso triunfal para las leyendas suizas, ofreciendo su música más refinada en décadas y creando un espacio único que se distingue de su sonido anterior y de gran parte de la escena Thrash contemporánea. Lejos de ser un simple viaje nostálgico, el álbum es una reinvención audaz, rebosante de oscura intensidad, una complejidad técnica alucinante y un vigorizante toque Progresivo que honra su legado y los impulsa hacia adelante.

Cada aspecto de "Dissonance Theory" refleja una meticulosa atención al detalle. La ejecución es precisa, a veces incluso quirúrgica, dejando atrás el ambiente más desenfadado y lúdico de álbumes anteriores (aunque no crean que la memoria me fallaba por la cantidad de años y para llegar a esta conclusión tuve que volver a alguno de ellos). En cambio, las composiciones de este disco están repletas de arreglos ingeniosos, riffs precisos y transiciones fluidas entre la agresión frenética y la introspección melancólica. La calidad musical es excepcional: el trabajo de guitarra de Tommy Vetterli sigue siendo ingenioso y virtuoso, ahora con sutiles toques atmosféricos, mientras que Ron Broder (bajo, voz) lleva su voz a un nuevo terreno, más áspero, que me recuerda a Mille Petrozza de Kreator, intensificando aún más la atmósfera amenazante del álbum. El 'nuevo' baterísta, Diego Rapacchietti, aporta una nueva disciplina rítmica, combinando fills precisos y ritmos sincopados con inusuales acentos de platillos que realzan la destreza técnica de Coroner.

"Dissonance Theory" se inclina por un estilo denso y rico en sonido, a veces rozando lo Industrial, con pasajes más lentos y melancólicos que contrastan con el Thrash frenético y trepidante. Hay momentos de groove inusual, como en The Law, temas de Thrash técnico puro Symmetry y Renewal y sorpresas, como un elegante solo de órgano Hammond en el tema final, Prolonging. Atmosféricamente, el álbum está impregnado de oscuridad, una cualidad que persiste a lo largo de sus cuarenta y cinco minutos de duración. Cada tema está repleto de acordes disonantes, ritmos sincopados y compases impredecibles que desafían al oyente. Especialmente buenas me parecieron las canciones Consequence y Sacrificial Lamb, que quedan nominadas a Canción del Año de ELOMC. El disco es implacable, enérgico y agresivo, pero evita los clichés que han plagado el género durante tanto tiempo. En lugar de depender únicamente de la velocidad y la fuerza bruta, Coroner teje progresiones intrincadas e inusuales que exigen atención y escuchas repetidas.

"Dissonance Theory" mantiene una energía vibrante de principio a fin, pasando de ataques de Thrash frenéticos a ritmos hipnóticos y temas atmosféricos de cocción lenta. El álbum nunca se siente monótono ni repetitivo, lo que demuestra la renovada química de la banda y su audaz impulso por explorar nuevos territorios sonoros.

En definitiva, "Dissonance Theory" se erige como una declaración agresiva, enérgica y meticulosamente elaborada de Coroner. Sus inusuales compases, su tecnicismo y su sensibilidad progresiva lo diferencian notablemente de las banda en panorama actual, convirtiéndolo en uno de los mejores lanzamientos del año y un hito en el Thrash.

9/10 Nominado como contendiente a Disco del Año de ELOMC


viernes, 17 de octubre de 2025

Testament - "Para Bellum" (Thrash)

“Para Bellum” marca un nuevo capítulo en el legado de Testament, demostrando que tras casi cuatro décadas de carrera, la banda aún sabe equilibrar agresividad, precisión y evolución. Este disco destaca como uno de los testimonios del espíritu del Heavy clásico, impregnado de un toque moderno y bastante de Black. Testament siempre ha dominado el arte del Thrash, pero esta vez, han trascendido los límites combinando texturas negras e influencias del Heavy tradicional, dando como resultado un álbum que se siente a la vez salvaje y refinado.

Desde el primer segundo, “Para Bellum” impacta con fuerza. Los riffs iniciales son nítidos, una muestra de la inigualable habilidad de la banda para combinar brutalidad con groove. Las guitarras rugen con intensidad pero mantienen la claridad, convirtiendo cada riff y solo en una pieza central en sí misma. Este disco se nutre de contrastes: es frío pero ardiente, oscuro pero melódico y agresivo pero meticulosamente estructurado. La musicalidad de Testament nunca ha estado en duda, pero en "Para Bellum" alcanza nuevas cotas. Eric Peterson y Alex Skolnick ofrecen algunas de sus interpretaciones más contundentes e inspiradas desde "The Gathering" (1999) con un equilibrio ideal entre tecnicismo y emoción.

La voz de Chuck Billy es otro elemento destacado, con un rango dinámico que encapsula furia, angustia y potencia absoluta. Su interpretación está llena de energía y convicción, alternando entre growls salvajes y su característico rugido con una precisión impecable. Hay una vitalidad pura en su interpretación, que combina la agresividad de la vieja escuela de la banda con una amenaza moderna y evolucionada. Billy suena rejuvenecido, como si canalizara años de rabia e inspiración acumuladas en cada frase.

"Para Bellum" también es un triunfo para el productor. El álbum suena imponente: lo suficientemente cristalino como para resaltar cada detalle de la instrumentación, pero lo suficientemente crudo como para conservar la esencia de Testament. La sección rítmica, liderada por Steve Di Giorgio y Chris Dovas, proporciona una columna vertebral atronadora: precisa, compleja e implacable.

Entre los temas más destacados, For the Love of Pain se erige como una clase magistral de narrativa basada en riffs. Es una canción que encapsula la esencia estética del álbum: agresión y atmósfera a partes iguales. Infanticide A.I. traspasa los límites, mezclando riffs contundentes con trémolos inquietantes de Black y patrones de batería laberínticos. El tema de cerrar, Para Bellum, se siente como el corazón del disco: un himno impregnado de oscuridad y desafío, que combina a la perfección la grandeza melódica con una pesadez desgarradora, queda nominada como contendiente a Canción del Año de ELOMC.

Si hay algún un punto débil, para reside en la balada Meant to Be. Si bien es una composición competente y emocionalmente sincera, para mi interrumpe el flujo, por lo demás implacable, del álbum, no la siento parte orgánica del trabajo. El intento de vulnerabilidad de Testament no es malo, pero diluye el impacto del disco. A pesar de ese breve desvío, "Para Bellum" es un triunfo. Es un disco que honra las raíces del Thrash a la vez que expande sin miedo sus parámetros: una declaración audaz y cohesiva de una banda que aún anhela conquistar nuevos territorios sonoros.

8.5/10


lunes, 13 de octubre de 2025

Ihlo - "Legacy" (Progressive)

“Legacy”, el segundo álbum de la banda londinense de Progresivo, Ihlo, es una declaración de intenciones de un grupo que comprende a la perfección la mecánica de la evolución del género. En esencia, el disco fluye como una carta a la grandiosidad y fineza técnica de grupos clásicos del Progresivo como Dream Theater, a la vez que añade un refinamiento de producción contemporáneo y un enfoque emocional. La música de Ihlo captura el atractivo intelectual de un ritmo y una estructura complejos, pero lo equilibra con calidez y accesibilidad.

Lo que hace que “Legacy” sea inmediatamente interesante es su refinamiento y coherencia. Desde el primer tema, se hace evidente la meticulosa atención de Ihlo a los arreglos y la atmósfera. Las primeras cuatro canciones —Wraith, Replica, Source y Empire— conforman el corazón del disco y muestran las mayores fortalezas de la banda. Wraith marca el tono con melodías vocales imponentes y una poderosa base rítmica que insinúa tanto destreza técnica como intención emocional. Replica continúa con intrincadas capas de interacción de sintetizadores y guitarras que recuerdan a la era de "Metropolis Pt. 2" de Dream Theater, aunque el enfoque de Ihlo se siente más sobrio en texturas.

La fascinación de la banda por los matices emocionales la diferencia de las ramas más agresivas o técnicamente indulgentes del Progresivo. Hay una clara influencia de la sensibilidad melódica de la mencionada Dream Theater, pero Ihlo la filtra a través de una lente diferente: menos velocidad o extravagancia y más claridad sonora. La voz es particularmente notable. Se sitúa en el centro de la mezcla con claridad y seguridad, guiando las canciones a través de dinámicas cambiantes sin eclipsar la complejidad instrumental. El control y la atención del cantante Andy Robinson (aka Progfox) al fraseo aportan al álbum gran parte de su esencia.

En cuanto al tono, "Legacy" no es un disco de intensidad constante. Quienes busquen agresividad o dramatismo pesado lo encontrarán más mesurado que visceral. El álbum presenta momentos mordaces -riffs disonantes ocasionales y enérgicos desarrollos que dan forma a canciones que, de otro modo, podrían derivar- pero, en general, Ihlo se inclina por la construcción atmosférica y la expansión melódica en lugar de la fuerza bruta. Esta elección hace que "Legacy" sea una escucha cómoda incluso para quienes se inician en el Prog, combinando la maestría musical técnica con la inmediatez emocional de una manera madura y accesible.

Aun así, a pesar de sus muchos puntos fuertes, "Legacy" a veces carece de impacto duradero. La impecable producción y el ritmo contenido a veces suavizan elementos que podrían haberlo hecho más memorable. Si bien los primeros temas brillan, llenos de subidas dinámicas, interpretaciones expresivas y un fuerte sentido de la dirección, en la segunda mitad del disco pierde algo de impulso. Sigue siendo agradable y bien construido, pero algunos momentos individuales tienden a mezclarse, dejando una ligera sensación de monotonía al final del álbum que también puede hacerse muy largo en su hora y casi diez minutos.

Incluso con estas pequeñas deficiencias, "Legacy" se erige como un buen capítulo en la evolución artística de Ihlo. Su precisión, inteligencia emocional y un trabajo vocal impecable lo convierten en una escucha gratificante, especialmente para aquellos que aprecian la sofisticación melódica de DT pero prefieren una interpretación más sutil y menos agresiva. Puede que "Legacy" de Ihlo no redefina el género, pero reafirma que el género aún puede sentirse vanguardista, atractivo y humano.

7.5/10


viernes, 3 de octubre de 2025

Mors Principium Est - "Darkness Invisible" (Melodic Death)

"Darkness Invisible" de Mors Principium Est es un álbum que consolida la posición de la banda finlandesa en la vanguardia del Melodeath, pero con un toque particularmente agresivo que la distingue de muchos de sus colegas. Mientras que algunos grupos del género se inclinan fuertemente por la melodía y la accesibilidad, Mors Principium Est toma otro camino, priorizando la intensidad, la pesadez y la fuerza pura en sus composiciones. El resultado es un álbum que se siente afilado, avanzando implacablemente con precisión, velocidad y convicción.

Lo que más destaca de "Darkness Invisible" es su postura sonora. Este es un disco que prioriza la contundencia y la energía por encima de las melodías brillantes más tradicionales del estilo. Es cierto que hay un intrincado trabajo melódico, pero este sirve más como acento que como la base del álbum. En cambio, los riffs avanzan con una ferocidad vertiginosa, la batería ruge y golpea con una presencia imponente, y la voz impacta con una intensidad sofocante, anclando el disco en una agresividad implacable. Es una elección deliberada que dice mucho de la intención artística de la banda: están más interesados ​​en crear atmósferas de violencia y urgencia que en dulcificar su sonido con armonías.

La ejecución musical es excepcional. Cada instrumento se toca con una maestría y juntos trabajan en sincronía para crear una de las declaraciones más poderosas del género este año. El trabajo de guitarra, en particular, es vertiginoso. Los riffs son complejos y vigorosos, evitando la previsibilidad. Los solos no aparecen simplemente como momentos técnicos llamativos, sino como explosiones calculadas de violencia expresiva. La batería es otro punto culminante: atronadora, aguda y ejecutada con una precisión que refleja la intensidad de los propios riffs. Esta banda sabe cómo equilibrar el dominio técnico con agresividad primaria, y "Darkness Invisible" demuestra ese equilibrio.

Entre los puntos fuertes del álbum, el tema Of Death merece un reconocimiento especial. Es una pieza imponente que logra un equilibrio ideal entre ferocidad pura y coherencia estructural, encapsulando todo lo que Mors Principium Est hace mejor. El tema se construye con una fuerza inquietante hacia pasajes que se sienten a la vez sofocantes y triunfantes. Es quizás el ejemplo más claro de cómo esta banda puede canalizar la agresividad cruda en una declaración definida y memorable. Nominada a Canción del Año de ELOMC.

Otros temas destacados, como Venator, adoptan un enfoque ligeramente diferente, sin dejar de apoyarse en la estética central de la banda o Summoning The Dark -que es otro tema brillante-, llevan su intensidad a niveles interesantes. Finalmente, la canción All Life Is Evil merece ser elogiada como uno de los temas más despiadados del disco. Encapsula la filosofía general de la banda: lirismo nihilista, pesadez absorbente y una negativa a ceder en la agresividad.

Lo que "Darkness Invisible" demuestra en última instancia es una banda en la cima de su potencial, sin miedo a adoptar una postura agresiva que podría alienar a algunos, pero recompensar profundamente a otros. Mors Principium Est no se preocupa por suavizar sus bordes ni por caer en clichés melódicos. El trabajo tiene un sonido que exige que el oyente y que no pide disculpas por su impacto violento. Me faltó un tema total, hay momentos en que es difícil distinguir entre temas y el nivel de velocidad a veces puede hacer un tanto espesa la escucha, pero el trabajo es posiblemente de lo mejor que ha realizado la banda.

8/10


viernes, 26 de septiembre de 2025

Igorrr - "Amen" (Avant-Garde / Breakcore / Experimental)

"Amen" de Igorrr es un manifiesto intrépido de ferocidad Avant-Garde, un disco que logra cristalizar el caos esencial de la banda en su forma más ambiciosa y emocionalmente impactante hasta la fecha. Este séptimo álbum no solo perfecciona la mezcla característica de Breakcore, Barroco, Death y Neoclásico, sino que también introduce un refinamiento y una madurez asombrosos en su sonido, a menudo impregnado de locura, coronando a "Amen" como la obra más lograda e inventiva de su catálogo hasta la fecha.

"Amen" profundiza en la esquizofrenia musical que forja la reputación de Igorrr. Temas como Daemoni y Headbutt ejemplifican la gama cinética del disco; Electrónica masiva, riffs demoledores, un bajo espectral y demoníaco, blastbeats caóticos y repentinos cantos operáticos se combinan con la precisión del Breakcore de una manera absolutamente impredecible. Cada cambio de estilo se siente decidido, creando una emocionante, a veces agotadora, sensación de tensión y liberación. La oscuridad del álbum es una evolución palpable, cambiando de la ironía al humor, con solemnidad, melancolía y profundidad emocional. Los dos temas mencionados van a quedar nominados como contendientes a Canción del Año de ELOMC

Lo que eleva a "Amen" por encima de mucha gente es que son francamente únicos, realmente creo que nadie (salvo que alguien me ayude y corrija) hace  cosas así. La presencia recurrente de evocadoras voces de soprano y coro inyectan gravedad y un aire gótico, quizás donde es más impactante se percibe es en el tema Limbo, donde los coros angelicales y las armonías contrastan con growls y una profunda sensación de amenaza. Esta fusión de belleza clásica y agresividad metalera logra un efecto inusual y escalofriante, a la vez grandilocuente y conmovedor.

El diseño de sonidos en “Amen” alcanza nuevas cotas para mí, no entiendo como no había escrito de ellos antes, pero ciertamente este es -de lejos- el mejor de sus discos. La complejidad es asombrosa: cuerdas orquestales, florituras barrocas, uso del Industrial, coros y más que se combinan a la perfección con los breakbeats fundacionales de Igorrr. A diferencia del mero eclecticismo, cada sonido aquí tiene una narrativa: cada colisión de estilos es un experimento planificado, no un truco improvisado. La base sonora del Breakcore, especialmente en temas como ADHD, transforma el arquetipo de los 'cortes' que se haya en "Amen" en algo retorcido y desafiante, más ingenioso e integrado que en cualquier trabajo anterior. Carajo, si temas como Mustard Mucous o Pure Disproportionate Black And White Nihilism no te parten el cuello, nada lo puede hacer.

En la discografía de Igorrr nunca ha habido un álbum tan cohesivo en su locura y tan sereno en su aproximación al caos como "Amen". Discos anteriores me gustaron por su fusión extrema, pero sentí que se desviaron hacia la imprevisibilidad salvaje por sí misma. En contraste, "Amen" alcanza un nuevo nivel de tensión y disciplina, canalizando el afán experimental de Igorrr en su declaración artística más pura y poderosa hasta la fecha. Sin duda, este es el mejor álbum de la banda y quizás el mejor del estilo -¿el estilo Igorrr?-, un hito no solo en su carrera, sino también en la música experimental.

10/10 Un disco para atesorar, aunque cueste entrarle. Probablemente lo mejor del Avant-Garde desde "Pandora's Piñata" (2012) de Diablo Swing Orchestra. Nominado como contendiente a Disco del Año.


martes, 23 de septiembre de 2025

Paradise Lost - "Ascension" (Doom / Death / Gothic)

Paradise Lost es más una institución que una banda, no lejos de los cuarenta años de formación, cada disco atrae a los fanáticos del Gothic, el Doom, el Death y tantos otros géneros que se han permitido explorar; algunos de sus trabajos han sido genialidades, especialmente "Draconian Times" (1995) y algunos no han satisfecho las expectativas, como "Believe In Nothing" (2001)... ha habido de todo como no puede ser diferente con dieciocho discos originales en su cuenta de haberes. De los comentados aquí, "Obsidian" (2020) me pareció un gran trabajo, pero "The Plague Within" (2015) no tanto. Me ha pasado como a todos.

Ahora con "Ascension" se siente como una renovada fuerza en la banda y aunque ciertamente es una continuación de lo que han realizado en años recientes, el disco se muestra intenso, con tres o cuatro temas realmente destacados y el resto entre bien y bastante bien, con una instrumentación pesada pero llena de matices y arreglos que regalan alguno de los mejores momentos en el año en lo que a producción se merece. Temas como Serpent On The Cross, Tyrants Serenade, Silence Like The Grave y Salvation, incluso The Stark Town, son canciones que debe ser impactantes escucharlas en vivo, por su calidad, cantidad de riffs, cadencia perfecta y elementos interesantes. Dejo Tyrants Serenade nominada como contendiente a Canción del Año de ELOMC.

"Ascencion" es un disco más frontalmente Death Doom que Gothic, la velocidad del trabajo está claramente destinada a obligar a prestar atención, pero si se le deja correr como sonido de fondo, arrulla. El Doom tiene esa particularidad, siempre lo he dicho, que fuera de su ritmo específico, no deja lugar para el error. Paradise Lost claramente conoce esto y ha creado un trabajo preciosista en lo que a la calidad técnica se refiere, sin dejar de lado por eso una importante cantidad de intensidad emocional.

Se me ocurre definir a "Ascension" como una continuación del legado de la banda, que combina sus bases melódicas y oscuras con una renovada energía y una atmósfera a la vez melancólica y majestuosa. Nick Holmes ofrece una de sus interpretaciones vocales más convincentes de los últimos años, alternando entre tristes pasajes de sonidos limpios y growls ásperos que añaden verdadera intensidad a los momentos más pesados.

En definitiva, "Ascension" se siente a la vez clásico y contemporáneo, mostrando una banda cómoda con su identidad y quizás hasta con ganas de evolucionar. A partir de la mitad del trabajo, un tanto excesivo en su hora de duración, los temas se hacen un poco más estándar, pero el disco no es solo un capítulo más en la discografía de Paradise Lost, es uno de sus más fuertes en años y tras tanto tiempo en el escenario, eso es ya de por sí, sorprendente.

8/10


viernes, 19 de septiembre de 2025

Lorna Shore - "I Fell The Everblack Festering Within Me" (Symphonic Metalcore)

"I Fell The Everblack Festering Within Me" suena a la última frase del diario de un mayordomo victoriano atormentado, pero aquí estamos: el último ejercicio de Lorna Shore para cubrir con una capa sinfónica de terciopelo al Metalcore. El álbum es un festín extravagante y como cualquier festín, te hace cuestionar en varios momentos si han mordido más de lo que su mandíbula puede abrir.

Primero lo primero: los puristas del Metalcore que vaya afilando sus delineadores con este álbum, porque la banda insiste en que las crisis no deberían ser solo crisis, sino agujeros negros. Lorna Shore no se limita a pausar el caos para un festín de breakdowns, sino que lo orquesta como si fuera Wagner hasta el culo de perico. Las canciones se desmoronan en riffs brutalmente sincopados con la sutileza de un meteorito, para luego estallar repentinamente en oleadas sinfónicas arrolladoras y ultra románticas, como si la banda decidiera colectivamente: 'Bueno, sí, Satanás está aquí... ¿pero y si tuviera una sección de cuerdas?'

Y aquí radica la gran diferencia de este disco, el mejor que le he escuchado a la banda: ¿hacemos breakdowns o asistimos a una ópera con esmóquines empapados de sangre? La respuesta es: ambas. Esa es la esencia de Lorna Shore en este trabajo. Hay de todo, pero ciertamente hay también cosas que valen bastante la pena, el tema Oblivion suena como lo que sucedería si alguien reimaginara el infierno de Dante como una atracción de parque temático. Comienza de forma ominosa, se desarrolla con un coro dramático y luego se sumerge en growls abisales sobre riffs tan afilados como para raspar acero. Es un glorioso tornado del absurdo y la precisión, que te desafía a no sonreír mientras tus órganos vibran al unísono. Mientras tanto, la canción Death Can Take Me se siente como una carta de renuncia existencial escrita con tinta de corpse paint sobre papel perfumado. Es agresiva, es teatral, tiene aproximadamente ocho finales falsos y si cerraras los ojos, jurarías que estás escuchando una catedral gigante explotar a cámara lenta. Y sin embargo, debajo de todo el melodrama, la musicalidad exige respeto: armonías de guitarra cuidadosamente superpuestas, trucos rítmicos deliberados y una interpretación vocal que abarca desde guturales de demonio hasta agudos gritos de banshee de Star Wars.

Ahora, hablemos del elefante en la sala: la duración. Este álbum dura más de una hora, lo que para el minuto 47 te hace preguntarte si las cuerdas, los coros y los blast beats realmente están erosionando tu capacidad de atención a nivel molecular. La producción es impecable hasta el punto de resultar quizá demasiado brillante, como pulir un hacha de guerra hasta que puedas ver tu reflejo en ella. La sobreproducción general del disco aquí funciona como ponerle llantas de metal a un monster truck: impresionante, pero torpe, un poco demasiado, un poco too much.

“I Fell The Everblack Festering Within Me” es a la vez una obra maestra de complejidad sonora y una prueba de resistencia para el cerebro humano. Es ridículo, exagerado, autocomplaciente y -asombrosamente- divertido. La atmósfera es absorbente, los elementos Sinfónicos se manejan con excesos dignos de una película de Marvel y sí, los breakdowns siguen siendo lo suficientemente exagerados como siempre. ¿Es demasiado largo? Totalmente. ¿Es bueno? Sin duda. Este es un álbum que odia la moderación.

7.5/10