El Lado Oscuro Metal Critica

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sábado, 23 de agosto de 2025

Alestorm - "The Thunderfist Chronicles" (Power / Folk)

Alestorm es, en mi opinión, un caso de estudio en el Metal. Por un lado, han dominado su identidad: Folk/Power de temática pirata fusionado con un sentido del humor grandilocuente, estribillos pegadizos y esa arrogancia que enloquece al público de los festivales -nada como repetirle a 50k asistentes aquello de Fucked You With An Anchor y salir indemnes-. Han mantenido esa misma identidad a lo largo de múltiples discos con una consistencia asombrosa. Por otro lado, esa misma consistencia se ha acercado peligrosamente a la previsibilidad. "The Thunderfist Chronicles", es quizás la encarnación más pura de esta paradoja hasta la fecha: musicalmente potente, temáticamente agotador.

Es innegable que Alestorm hace buena música. Su sentido de la melodía, la forma en que combinan la instrumentación con la ferocidad del Power y su oído para los estribillos inolvidables están siempre presentes. La producción es nítida, los arreglos más impactantes que nunca y sus característicos coros parecen diseñados para hacer vibrar a un mar de fans coreando con entusiasmo. Si buscas riffs divertidos, caóticos y cargados de cerveza sobre navegación y saqueo, este álbum cumple a la perfección esa promesa. Canciones como Banana o Killed To Death By Piracy suenan bien, construidas para provocar cantos instantáneos y moshs por igual. A primera vista, eso solo es motivo suficiente para brindar.

Pero aquí es donde llega la frustración: Alestorm lleva mucho tiempo usando la misma estrategia. Desde sus primeros trabajos hasta la actualidad, su fórmula rara vez se desvía. Temas de piratas, tesoros, ron, caos: todo está ahí, en un bucle que parece indistinguible de sus anteriores. Por momentos, "The Thunderfist Chronicles" es un auto plagio de ellos mismos, como si la parodia hubiera superado a la inspiración. Sí, la banda se ha forjado un nicho, sí, es casi solo suyo, pero ¿en qué momento caer en la broma empieza a socavar el talento genuino de estos músicos?

"The Thunderfist Chronicles" es bueno a pesar del eterno déjà vu: destellos de innegable grandeza nos recuerdan que Alestorm puede superar su propia caricatura cuando se permite expandirse. El imponente cierre, Mega-Supreme Treasure Of The Eternal Thunderfist, es la joya de la corona del disco -nominada a Canción del Año de ELOMC-. Es triunfante, compleja, tiene algunas colaboraciones que paran los pelos, como la de Rusell Allen (Symphony X) y creativamente ambiciosa con diecisiete minutos de duración que confirman que si pueden, pero rara vez se atreven. Hay grandeza en su estructura, un dramático sentido narrativo en la instrumentación y una especie de elevada carga emocional que trasciende las parodias del Metal con alcohol. Demuestra que Alestorm es absolutamente capaz de crear canciones que no solo son divertidas, sino genuinamente poderosas y conmovedoras. Uno no puede evitar desear que exploraran esta faceta de sí mismos más a menudo.

Alestorm ha demostrado varias veces que puede llenar un estadio con su particular estilo, pero "The Thunderfist Chronicles", si bien entretenido, deja una persistente sensación de potencial inexplorado. La banda parece reacia, o quizás demasiado cómoda, a adentrarse en aguas desconocidas. Por mucho que sus fans nos deleitemos con el interminable humor empapado en ron, no cabe duda de que este grupo de músicos podría explorar horizontes artísticos más amplios sin perder su identidad. Si combinaran la diversión y la inmediatez de su sonido característico con la profundidad y la ambición que se insinúan en el tema final, podrían crear algo verdaderamente extraordinario, algo que silenciaría a los escépticos que los descartan como un espectáculo de esos llamados 'one hit wonder'.

Por ahora, "The Thunderfist Chronicles" es tanto una celebración de las debilidades y fortalezas de Alestorm. Es hora de que esta banda se desafíe a sí misma, de ir más allá de la caricatura y abrazar todo su potencial. Nos han demostrado que el cofre del tesoro no está vacío: ahora les toca dejar de dar vueltas alrededor de las mismas islas y atreverse a zarpar hacia aguas más profundas.

7/10


miércoles, 20 de agosto de 2025

Blackbraid - "Blackbraid III" (Melodic Black)

Escuchar "Blackbraid III" del unipersonal llevado de la mano por Jon S. Krieger (a.k.a. Sgah’gahsowáh) -Blackbraid se llama la banda- es como ser emboscado en un bosque por un grupo de espíritus que se especializan en ingeniería de audio en sus fines de semana. En un momento estás admirando un agradable pasaje acústico con delicadas guitarras Folk revoloteando como pájaros alrededor de tus oídos y al siguiente te aporrean riffs tan potentes que instintivamente compruebas si sigues en pie. Es una experiencia sonora que exige rendirse a la oscuridad o, al menos, invertir en altavoces más potentes.

Hablemos primero de la calidad del sonido, porque este álbum no solo suena 'bien', sino que suena como si hubiera sido mezclado minuciosamente en una cueva escondida donde los ecos están ecualizados naturalmente por antiguas estalactitas. Cada línea de guitarra punteada con trémolo se abre paso con la suficiente brillantez como para hacer vibrar el suelo, mientras que la sección rítmica pisa con la sutileza de un mamut. Se nota que se prestó mucha atención a la producción: es lo suficientemente crudo como para sonar mortal, pero lo suficientemente pulido como para que sepas que se hizo así a propósito.

La intensidad está al máximo nivel. El disco pasa fluidamente de la furia del Black a pasajes atmosféricos y evocadores que suenan como si un bardo fantasmal hubiera entrado en la sesión. Nunca decae; incluso los tramos más tranquilos tienen una energía melancólica, como si esperaran a que sea socialmente aceptable volver a detonar los audífonos. 

La oscuridad del sonido es omnipresente: una melancolía opresiva, pero extrañamente reconfortante. Tiene una escala cinematográfica, casi como la banda sonora de un documental de vida silvestre donde los lobos conquistan un reino menor. Pero entonces, justo cuando las sombras amenazan con tragarlo todo, se deslizan estas líneas de guitarra y flautas sorprendentemente melódicas, como en God Of Black Blood -nominada a Canción del Año de ELOMC-. No se trata de una oscuridad plana y monocromática; es una mezcla de capas, llena de texturas donde la belleza y la amenaza luchan constantemente.

El sonido de la guitarra tiene riffs que son pura potencia tomada en algunos casos del Heavy pero cuidadosamente ennegrecidos. Son tan agudos como para atravesar glaciares, pero lo suficientemente cálidos como para mantenerse encendido el fuego en una noche nevada. Me atrajo particularmente que hay un tira y afloja constante entre el caos agitado y las melodías, canciones como Tears Of The Dawn o And He Became The Burning Stars... lo demuestran.

Las influencias Folk se cuelan para recordarte que Blackbraid no se trata solo de devastación sónica; también está aquí para invitar a sus ancestros a bailar bajo la Luna. Los interludios acústicos no parecen tanto añadidos como conjurados orgánicamente, como si el bosque exigiera su existencia. Le dan al álbum un respiro, solo para hacer que el regreso a la distorsión total sea aún más fuerte.

En resumen, "Blackbraid III" no es solo un álbum; es una sesión de sonido inmersiva. Un disco atmosférico que probablemente debería venir con una máquina de humo y tan melódico que lo tararearás mientras afilas espadas imaginarias. 

8.5/10


miércoles, 13 de agosto de 2025

Halestorm - "Everest" (Alternative / Heavy)

Mira que siento que estoy en contacto con el mundillo que rodea el Metal y sin embargo no tengo claro el más que inusual nivel de hate que sufre Halestorm. Es verdad que la banda se mueve entre el Alternative, el Core, el Heavy y su dosis de cierto Pop, cosa que hace que nuestro sector musical le tenga cierto recelo por lo que algunos podrían denominar 'indefinición'. Puedo estar de acuerdo con esto, de hecho es lo que lastra sus trabajos, incluso éste, pero dentro de cada entrega de la banda que lidera Lzzy Hale siempre o casi, hay algunas cosas que valen la pena. El punto es que no creo que los comentaristas al uso sean siempre honestos con Halestorm.

"Everest" séptimo larga duración de la banda, tiene -exactamente- los elementos mencionados en el párrafo anterior y cómo no, decae en algunos temas, es verdad. Pero el trabajo tiene algunas buenas canciones, quizás se puedan percibir un tanto sueltas, pero no por eso desmeritables. Especialmente el tema Darkness Always Wins, me pareció un puto temazo que tiene que impresionar a más de uno, una canción que pasa de la balada fácil, de ultra pegadizo coro, pero hermosa, a la agresión -contenida, cierto- de una instrumentación cercana a la perfección, muy medida en la velocidad a la que se va desarrollando. A pesar de la nota del disco que verán abajo, el tema es un claro contendiente a Canción del Año de ELOMC y como tal queda nominado.

En el centro de "Everest" se encuentra la imponente voz de Hale, feroz y emotiva a partes iguales. Su interpretación oscila con naturalidad entre aullidos guturales y murmullos blues, ayudando incluso al material más débil con su carisma. Instrumentalmente, el álbum lo hace bien, aunque a veces decae, pero en general se perciben muy cohesionados, lo mejor, la guitara. Ojo, entiendo que este disco está grabado estando todos juntos en el estudio, no por pistas separadas como hace el 99,9% de las bandas, esta inusual decisión ciertamente captura la espontaneidad de la banda, otorgando a las canciones una inmediatez cruda, lista para concierto.

Desafortunadamente y como mencioné, la cohesión estilística es, en el mejor de los casos, floja: el álbum oscila entre algunos momentos excelsos a baladas Góticas, Thrash débil y Blues, muchas veces con escasa conexión. Esta incesante oscilación entre géneros puede hacer que la experiencia auditiva resulte inconexa, con algunas canciones que resultan ser declaraciones feroces, como la canción K-I-L-L-I-N-G o Gather The Lambs y otras que parecen meditaciones de estilo en lugar de sustancia, tipo I Gave You Everything. Cuando la composición no está a la altura de la ambición de la banda, corren el riesgo de caer en la mediocridad, especialmente en comparación con los temas claramente destacados.

A pesar de su irregularidad, "Everest" es un testimonio de la voluntad de Halestorm de superar sus límites. Cuando funciona, la mezcla de vulnerabilidad y bravuconería crea algunos de sus mejores momentos hasta la fecha, con sus cosas, creo que hay que escucharlos. 

7/10

lunes, 11 de agosto de 2025

Vauruvã - "Mar da Deriva" (Atmospheric Black / Progressive / Folk)

"Mar da Deriva" marca un capítulo conmovedor y radical en la evolutiva saga de Vauruvã, a quienes tenía en el radar desde su "Por Nós Da Ventania" (2022) pero se me había pasado comentar. Esta nueva entrega es una ambiciosa odisea de solo tres temas y contenidos treinta y seis minutos, que respira el espíritu de Brasil, tanto musical como temáticamente. Originarios de Río de Janeiro, el dúo formado por Caio Lemos y Bruno Augusto Ribeiro canaliza la diversa topografía y mitología de su tierra natal en una mezcla de Black Atmosférico, texturas Progresivas y una atmósfera de raíz Folk.

Brasil está presente aquí no como un telón de fondo, sino como un pulso vivo, entretejido en el adn de la música. El álbum se inspira en la tropicalia, las leyendas amazónicas y las tradiciones folclóricas nativas, manifestándose en pasajes de guitarra acústica, grabaciones de campo de la selva tropical y estructuras melódicas que evocan el folclore brasileño. El viaje plasmado en "Mar da Deriva" es casi cartográfico: el tema inicial, Legado, evoca paisajes primigenios intactos que pronto chocan con fuerzas depredadoras que sugiere en el tema Os Caçadores, para finalizar con As Selvas Vermelhas No Planeta Dos Eminentes es un quejido que denuncia a poderosos intereses que se ceban en la amazonía.

Desde las primeras notas el disco se destaca: me encontré con una lluvia de blast beats, guitarras ásperas que alternan entre punteos trémolos y melodías serpenteantes. La intensidad es incesante, pero nunca monótona; la agresividad se ve acentuada por los cambios de tempo y color. En la evocadora pieza central del álbum, se fusiona Black con interludios Folk de ensueño: tras riffs frenéticos y una percusión implacable, se produce un silencio repentino: un tranquilo motivo de sintetizador y guitarras acústicas, acentuado por el canto de los pájaros que evoca una paz fugaz antes de que se reanude la tempestad. El tema de cierre es a la vez una culminación y un descenso: comienza con ominosos sonidos ambientales y evoluciona hacia una saga de Black con tinte Psicodélicos, repleta de baterías y un apasionado trabajo de guitarra. Lemos y Ribeiro intercambian gritos, guturales y voces limpias, amplificando la tensión emocional.

Me parece que lo que distingue a "Mar da Deriva" es su capacidad para equilibrar la agresividad con la introspección. La estructura del álbum permite un desarrollo orgánico e imprevisibilidad. Sus vínculos con la herencia musical brasileña impregnan las canciones de calidez y melancolía, pero la postura general es contundente. Vauruvã si bien se inspira en la violencia del Black, también abraza el sentido de aventura del Progresivo.

"Mar da Deriva" es un disco luminoso y tumultuoso: su agresividad es primaria, su atmósfera  evocadora y sus raíces brasileñas inconfundibles. Ya sea que uno se sienta atraído por su ferocidad implacable o por sus momentos de rara belleza, el álbum se erige como testimonio de la visión de Vauruvã.

8.5/10


martes, 5 de agosto de 2025

Crimson Shadows - "Whispers Of War" (Extreme Power)

Crimson Shadows regresa con "Whispers Of War", un álbum que busca ser una experiencia cinematográfica y atronadora, pero que como ha ocurrido con algunos de los más recientes discos comentados aquí, con demasiada frecuencia se derrumba bajo el peso de su propia ambición. La banda canadiense de Extreme Power, que ya elogié en su "Kings Among Men" (2014) por su habilidad para combinar riffs vibrantes con melodías envolventes y coros imponentes, trae esta vez una fórmula que se siente recargada, caótica y quizás lo más grave, agotadora.

Desde los primeros momentos, "Whispers Of War" avanza a toda velocidad, incorporando una y otra vez instrumentación: riffs densos, dobles bombos implacables, elementos orquestales, gritos, voces en duelo (growls y limpias) y coros. Si bien cada componente se ejecuta con maestría por separado, juntos a menudo se difuminan en un muro de ruido indistinto. La producción, aunque potente, no deja mucho espacio para que la música respire. Es como si todos los canales estuvieran subidos al máximo, y el resultado es más abrumador que inmersivo.

En comparación con los trabajos anteriores adolece claridad y enfoque. Sus discos anteriores no eran minimalistas en absoluto, pero al menos tenían cierta estructura y un ritmo dinámico. Las canciones tenían espacio para evolucionar; las melodías eran memorables; la interacción entre voces ásperas y limpias añadía un dramatismo genuino. En este disco, ese equilibrio se pierde. Las voces, aunque técnicamente sólidas, a menudo se pierden en la mezcla recargada o compiten por espacio con la instrumentación sobrecargada. Las voces limpias, en particular, se sienten forzadas, como si cumplieran con un requisito en lugar de contribuir al arco emocional de la canción.

Hay momentos en los que la banda insinúa brillantez -un puente bien elaborado, una ingeniosa armonía de guitarra-, pero estas chispas se ahogan rápidamente en la avalancha sonora circundante. Los estribillos se difuminan y a mitad de camino se vuelve difícil distinguir una canción de la siguiente. Lo que me resulta particularmente frustrante es que Crimson Shadows es claramente una banda con mucho talento. La musicalidad nunca está en duda: el trabajo de calado es impresionante, la batería retumba como artillería y la energía es innegable. Pero en "Whispers Of War", da la sensación de que intentaron concentrar cada idea, cada instrumento, cada floritura dramática en cada tema y el resultado es una sobrecarga sensorial que no logra conectar a un nivel más profundo.

En definitiva, "Whispers Of War" no es un álbum malo, simplemente es indisciplinado. Los fans del sonido rimbombante quizá disfruten de su fuerza y velocidad, pero para quienes buscan matices, ritmo o una composición memorable, este álbum probablemente se sentirá como una batalla de desgaste. Crimson Shadows todavía tiene las herramientas, pero en esta ocasión las ha utilizado sin reparar en artículos.

6.5/10