Años ha de no escribir lo que no sean críticas o una muy esporádica entrevista... pero hoy (el domingo 3) voy a ver en vivo por primera vez en mi vida a Kiss, la banda que me desvirgó metalera-rockeramente-hablando. Colocaré alguna foto y diré lo bien o mal que me fue, pero lo que nadie me va a quitar es la experiencia de volver a los conciertos luego de la pandemia y de ir a ver a los venerables y veteranos Paul y Gene, sin Peter y Ace, pero con Erick y Tommy, todos quienes dejaron impronta en mi. Además, que quede constancia, hoy cumplo oficialmente 53 años (es ayer, pero mi padre se equivocó a la hora de la inscripción en el registro y en vez del 2, oficialmente es el 3) o sea, no hay mejor regalo de cumple.
Casi tengo que hacer un esfuerzo de memoria para recordar que en Caracas hace más de cuarenta y cinco años me cansé de copiar la cara de Simmons, calcándola de la portada de "Rock And Roll Over" y hoy la vida me sorprende permitiéndome llevar a mi segundo hijo -de 15 años- a este concierto, un suspiro, en el medio parece a veces no haber pasado nada y no es cierto, pero así funciona la mente, somos selectivos. Yo recuerdo lo bueno y bloqueo lo malo, pero a nivel de carcajada, sencillamente no memorizo los malos momentos, no activamente, si acaso me fuerzan podría decir algún detalle y aunque probablemente relacionado con alguna deficiencia cognitiva eventual, eso es una bendición.
Pero voy a Kiss... viejos, sin Peter ni Ace (¿ya lo dije?), pero intactos en sus ganas de (ejem.. hace money... cough, Gene... cough...) que los idolatren y darle algo de vuelta a sus legiones de fanáticos. Es probable -o no- que se den cuenta que Kiss es mucho más grande que ellos mismos, que para los millones de anónimos seguidores -especialmente los de cincuenta años o más- hay mucha verdad poética en sus presentaciones, en esta gira de -supuesta- retirada. Guardando las enormes distancias -especialmente financieras- que nos separan, yo a esta edad hago más ejercicio, tengo menos porcentaje de grasa corporal y gano mucho más dinero (...bueeeeeno) que lo que podía a los treinta... que carajo, a los veinte y a los cuarenta y eso me sigue identificando.
Kiss no es hoy mi banda favorita, no lo es, no son ni siquiera excelentes músicos y probablemente hagan (-hacen-) hasta playback en los conciertos (o tengan músicos detrás del escenario) sin embargo, repito, la agrupación está muy por encima de sus componentes y el Kiss Army por encima de todo, de cualquier medida por encima, porque en el Metal somos más-y-mejores-juntos, nos superamos como conjunto y aunque Brian Jones, John Bonham, Lemmy Kilmister y todos los nombres que me faltarán por decir hayan dejado la vida por la música, un concierto es una reunión sagrada, sana, honesta, segura... incluso si te abres la cabeza en un mosh brutal fue porque hubo mala suerte y nada te va a pasar, te cuidarán, te sacarán, velarán por tí, en pogos y hollas de 15 o 150.0000 siempre es así. Somos la mejor gente, lo somos, estoy convencido, lo he comprobado.
Dejo aquí y termino el comentario cuando vuelva del concierto. Madrid, Wizink Center, tres de julio de 2022... 53 oficial, 53 y un día si papá no se hubiera puesto nervioso en el registro civil.
08/07/2022: Fui, vi, me gustó y me pasé con las cervezas, como siempre... está en mi, es mi naturaleza, qué más puedo decir.