Si buscas un álbum que aplaste tus sentidos hasta someterlos y luego pisotee los restos, "Exhaust" de Pyrrhon se ofrecerá con entusiasmo para el trabajo. Y lo hará con precisión quirúrgica, como un dentista usando un martillo neumático. Este cuarteto de Death con base en Brooklyn ha estado superando los límites durante años, no entiendo como es que es la primera vez que escribo de ellos. En todo caso, de lo que les he escuchado "Exhaust" es quizás el más caótico hasta ahora, un horno de ruido que funde los géneros que incorporan: Noise, Avant-Garde, Dissonant, Mathcore... ¿me faltará alguno?
Lo primero que se nota con el disco es que no es una escucha educada. No te facilita la entrada; te catapulta a un torbellino disonante. Este es el equivalente musical de ser arrojado a un vórtice de aguas negras. Y, sin embargo, en medio de la cacofonía, hay una belleza retorcida por descubrir. Las guitarras son difíciles pero quirúrgicas, el bajista Erik Malave y el baterista Steve Schwegler forman una sección rítmica que se siente menos como una base y más como un huracán, una fuerza de la naturaleza que no puedes predecir, sin duda lo mejor del trabajo.
La interpretación del vocalista Doug Moore es una clase de extremidad. Suena como si estuviera tratando de exorcizar demonios que ni siquiera el infierno podría contener. Sin embargo, no se trata solo de gritar por el gusto de gritar; su voz es un instrumento en sí mismo, entrando y saliendo de la locura con una versatilidad inquietante. En cuanto a las letras, Pyrrhon aborda temas de decadencia social, terror existencial y grotescas situaciones de la vida moderna, busquen las líricas porque por mucho inglés que sepan, no es su intención que se entiendan directamente.
Temas como The Greatest City On Earth y Last Gap son menos canciones y más pruebas de resistencia, First As Tragedy, Then As Farce me pareció un asalto sensorial, la mejor del disco, también destacan Hell Medicine, Out Of Gas y Strange Pains. En general nada desdice y hasta se les agradece que en la duración se hayan contenido, parando el reloj en más que suficientes treinta y ocho minutos. Repito, no se como es que no había escrito antes de Pyrrhon, mala mía.
En resumen, "Exhaust" no es solo un álbum; para quien no esté entrenado en las artes superiores del Metal, el trago puede resultar venenoso, pero para quienes disfrutan de lo extremo, es una experiencia, una que puede dejarte atontado pero extrañamente satisfecho. Esto es una exploración desenfrenada, brutal y a veces, genial de sonido que -repito- no es para los débiles de corazón. Y honestamente, ¿no es eso exactamente lo que debería ser la música extrema?
9/10. Puto discazo, estará dentro de lo mejor del año.