La salida de Charlotte Wessels de Delain no podía ser una buena noticia, era la identidad de la banda, su voz de terciopelo hacía de ellos la diferencia, especialmente en un nicho como el Sinfónico liderado por mujeres. Solo hay unas pocas agrupaciones que de verdad destacan en el género y esta chica era la razón fundamental para que Delain lo lograra. Los motivos de su partida no están claros para mí, entiendo y así lo he leído en alguna parte, que es posible que Wessels esté sufriendo de depresión, incluso de algún tipo de enfermedad mental, es una verdadera tristeza si esta especie es cierta y desde este humilde rincón le extiendo mi solidaridad.
Pero entrando en materia, el nuevo trabajo de la banda ha llegado, ahora con la voz de Diana Leah, rumana cuyo background musical está en el Trance y el disco se llama "Dark Waters", viniendo a ser el primero de la banda que comento desde su genial "The Human Contradiction" (2014) una grabación que contiene el tema dieciséis de mi lista de treinta mejores canciones de la década de los 2010s, a ese nivel atesoro el trabajo. También se integra a la banda un nuevo bajista y voz growl, Ludovico Cioffi, quien si tiene bastante más rodaje en el ambiente metalero, resaltando haber apoyado en vivo a Ne Obliviscaris.
"Dark Waters" es un disco básico, plano, sobreproducido, soso y cansón. Es una absoluta lástima que no haya entendido lo que quisieron hacer con él, no hay literalmente en todo su recorrido un solo tema que emocione o arrulle, que es una de las cosas que bien le conocía hacer a Delain. No podría decir que es un mal trabajo, pero es que lo siento tan formulista, sobre-seguro y poco original que no hay realmente nada que pueda decir de él que resalte. No llegan a haber temas malos, pero digamos que el mundo del Sinfónico no resentiría si nadie habla de "Dark Waters" como influencia.
Estos trabajos inofensivos, incoloros e insípidos siempre me han resultado un tanto peor que un disco malo, se sienten como una obligación para con la disquera o con alguien. Incluso la contribución de gente como Marko Hietala (ex-Nightwish) no destaca y la inevitable comparación de voces entre Wessels y Leah deja mal parada a la última, no ha debido intentar imitar a su predecesora; en mi mente de no músico, sino de seguidor de la banda, hubiera quedado mejor intentar algo nuevo, un acercamiento más personal.
Me quedo decepcionado de lo que ha hecho Delain, creo que su líder, Martijn Westerholt tiene la calidad suficiente como para crear hermosa música, a las pruebas hay que remitirse con su disco de 2014 e incluso "Moonbathers" (2016). Es probable que los cambios en la banda hayan obligado a mostrar algo reconocible, sin saltos mortales, pero la verdad es que les ha quedado desangelado, a "Dark Waters" le falta el corazón y la pasión de los buenos discos. Esperaré el próximo trabajo de Delain con ansias, estoy convencido de que la banda tiene como retomar la senda del éxito y adquirir una personalidad propia luego de la salida de Charlotte.
5.5/10
Flojo el disco, me gustó The Quest and the Curse pero nada más...todo sonaba tan...genérico
ResponderEliminarEn este subgénero siento que en lo que lleva del año el de Xandria suena muy bien
ResponderEliminarA mi no me parecio malo, tal vez porque el anterior si fue malisimo. Teniendo ese como referencia, me parecio que regresan al buen camino, aunque claro, nada que ver con sus grandes discos del pasado. Teniendo en cuenta que Delain no es una banda realmente sino el proyecto de Martin, y es el quien hace y deshace, es probable que buscó una vocalista que sonara igual a Charlotte y le pidió que la imite. Ellos se separaron por problemas internos, todos los músicos anteriores se fueron, solo quedó Martín, que ahora llamó a un par de ex miembros y agregó otros dos nuevos.
ResponderEliminarMe pasó igual, se siete muy meh, ni bien ni mal, aunque hay una o dos canciones que se salvan.
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