“Para Bellum” marca un nuevo capítulo en el legado de Testament, demostrando que tras casi cuatro décadas de carrera, la banda aún sabe equilibrar agresividad, precisión y evolución. Este disco destaca como uno de los testimonios del espíritu del Heavy clásico, impregnado de un toque moderno y bastante de Black. Testament siempre ha dominado el arte del Thrash, pero esta vez, han trascendido los límites combinando texturas negras e influencias del Heavy tradicional, dando como resultado un álbum que se siente a la vez salvaje y refinado.
Desde el primer segundo, “Para Bellum” impacta con fuerza. Los riffs iniciales son nítidos, una muestra de la inigualable habilidad de la banda para combinar brutalidad con groove. Las guitarras rugen con intensidad pero mantienen la claridad, convirtiendo cada riff y solo en una pieza central en sí misma. Este disco se nutre de contrastes: es frío pero ardiente, oscuro pero melódico y agresivo pero meticulosamente estructurado. La musicalidad de Testament nunca ha estado en duda, pero en "Para Bellum" alcanza nuevas cotas. Eric Peterson y Alex Skolnick ofrecen algunas de sus interpretaciones más contundentes e inspiradas desde "The Gathering" (1999) con un equilibrio ideal entre tecnicismo y emoción.
La voz de Chuck Billy es otro elemento destacado, con un rango dinámico que encapsula furia, angustia y potencia absoluta. Su interpretación está llena de energía y convicción, alternando entre growls salvajes y su característico rugido con una precisión impecable. Hay una vitalidad pura en su interpretación, que combina la agresividad de la vieja escuela de la banda con una amenaza moderna y evolucionada. Billy suena rejuvenecido, como si canalizara años de rabia e inspiración acumuladas en cada frase.
"Para Bellum" también es un triunfo para el productor. El álbum suena imponente: lo suficientemente cristalino como para resaltar cada detalle de la instrumentación, pero lo suficientemente crudo como para conservar la esencia de Testament. La sección rítmica, liderada por Steve Di Giorgio y Chris Dovas, proporciona una columna vertebral atronadora: precisa, compleja e implacable.
Entre los temas más destacados, For the Love of Pain se erige como una clase magistral de narrativa basada en riffs. Es una canción que encapsula la esencia estética del álbum: agresión y atmósfera a partes iguales. Infanticide A.I. traspasa los límites, mezclando riffs contundentes con trémolos inquietantes de Black y patrones de batería laberínticos. El tema de cerrar, Para Bellum, se siente como el corazón del disco: un himno impregnado de oscuridad y desafío, que combina a la perfección la grandeza melódica con una pesadez desgarradora, queda nominada como contendiente a Canción del Año de ELOMC.
Si hay algún un punto débil, para reside en la balada Meant to Be. Si bien es una composición competente y emocionalmente sincera, para mi interrumpe el flujo, por lo demás implacable, del álbum, no la siento parte orgánica del trabajo. El intento de vulnerabilidad de Testament no es malo, pero diluye el impacto del disco. A pesar de ese breve desvío, "Para Bellum" es un triunfo. Es un disco que honra las raíces del Thrash a la vez que expande sin miedo sus parámetros: una declaración audaz y cohesiva de una banda que aún anhela conquistar nuevos territorios sonoros.
8.5/10