Si de ubicar en algún sub-género se tratara, este podría ser uno de esos discos difíciles. El escoces llamado simplemente Valerian, único integrante de Strange Angels, cuya creación se remonta apenas al año 2010 y que ya tiene en su haber un demo llamado "Kelpie", muestra un exquisito estilo Black que mezcla innumerables corrientes en lo hace, que por demás, espero que sea más que un experimento efímero.
Elementos Avant-Garde, Atmospheric, Prog, Sludge, Pagan, Psycodelic y hasta Doom se perciben en una excelente auto producción que tiene bastante más que ofrecer que la mayoría de muchos grupos que este año han pasado por mi Ipod, en especial para los amantes de los discos atmosféricos, ciertamente melódicos, pero con toques muy oscuros. Pareciéndose al grupo Solstafir, este puede perfectamente ser el Descubrimiento del Año.
Desde la primera hasta la última canción se está en presencia de uno de esos discos que se pueden oír en un sillón mullido, con las luces casi apagadas y con los audífonos bien enfundados, mientras se disfruta de un trago de algo fuerte, un brandy quizás. De esa manera me imagino la situación ideal para disfrutar el concepto con el que se lanza Valerian. Sugiero lo experimenten así.
Salvando las evidentes distancias estilísticas y musicales que los separan, "Where Men Are Worth More Than Gold" podría haber sido un disco elaborado por Pink Floyd bajo la influencia de -más- estimulantes, pues canciones como Die Gestundete Zeit, The Moon Comes Down y M'Illumino d'Immenso manejan un nivel atmosférico opresivo y oscuro, pero con destellos luminosos que por instante aparecen, que sólo me pueden llevar a la convicción de que quien se encuentran detrás los instrumentos y voz de este grupo es un músico de alto calibre. Seguramente me siento tan cómodo con este disco porque Valerian parece tomar algunos elementos de los consagrados Primordial para su composición y ello en sí mismo, le agrega gran valor.
Hay tantas cosas que merecen ser mencionadas como resaltables que temo saltarme alguna. Tanto la voz harsh como la musicalización es impecable. Guitarras duras o clásicas de gran factura, un sintetizador que jamás abusa de su capacidad melódica pero se percibe omnipresente, una batería que no se sobrepone al conjunto sonoro sin dejar de ocupar ese espacio necesario y un bajo que lleva bien unido el conjunto, hacen de la experiencia una grata sensación. Quizás la voz limpia de Valerian puede no ser el punto más fuerte del disco y a veces se haga demasiado lenta o somnolienta, pero la unión de los elementos que tan hábilmente maneja lo hacen olvidar pronto.
No debe dejarse de disfrutar de este disco, una de esas joyas que demuestran el alto nivel musical de los miembros del lado oscuro de la música.
9/10 Selección veintinuno a Disco de El Año de El Lado Oscuro - Metal Crítica
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