Rhapsody 'sin Fire' está de vuelta, con un disco que este año pretende revolucionar el género, porque luego de los dos últimos escarceos, más o menos existosos de 'con Fire', los dueños principales de la mayor manifestación de Neo/Dragon/Sympho/Fantasy/Epic/Hollywood del mundo, Luca Turilli y Fabio Lione, decidieron que era mejor partir pajita y tomar caminos separados... aunque todavía queda por ver qué traerá Lione.
Cuando me enteré de la salida del disco pensé que volvería a oir un poco más de lo mismo y que las diferencias, quizás, serían sutiles... crasa equivocación, este disco tiene una majestuosidad, intensidad, coherencia y fuerza, que hacía tiempo el ambiente necesitaba, especialmente este año que estábamos un poco fallos de representantes en el estilo.
Alessandro Conti, la voz escogida para darle vida a las fantasía musical de Luca, es una de las mejores demostraciones de conocimiento de lo que es bueno y posiblemente junto con el nuevo cantante de Dragonforce, una de las mejores elecciones vocales del metal en años. Es muy convincente con una relativamente alta, pero no demasiado, estridente voz, que recuerda, lo que el estilo busca... épica, melodía y fuerza (además de que tu perro oiga partes que tu no)
Elementos folklóricos, incluso en italiano nacidos de la ópera, con una arquitectura musical compleja, y guitarras que se oyen excelentes, además de la impresionante contribución virtuosa que el propio Turilli realiza, y un baterista de primerísima línea, hace que el disco suene a nivel de lo mejor que es posible, con épicos pasajes orquestales y una voz versátil.
No queda duda que desde "Legendary Tales" Turilli había impresionado por su gran versatilidad, consagrándose en "Symphony of Enchanted Lands" al superar los límites del Sinfónico, para crear o colaborar fuertemente en la creación del estilo"Hollywood Metal", inspirado en bandas sonoras que evocan a Hans Zimmer, pero el salto, despues de más de quince años de sociedad con Alex Starpoli y Lione, es toda una aventura que parece haberle salido más que bien.
Es difícil definir cual puede ser la mejor canción del disco, pues todas tienen su lado especial, pero su opus magnus, la última canción del disco, Of Michael The Archangel And Lucifer's Fall, una canción de más de dieciséis minutos, puede que sea la más interesante, ya que finalmente todas son buenas.
Aliado con los músicos franceses Dominique Leurquin (guitarra) y Patrice Guers y el baterista Alex Landenburg se completa este hermoso juego. El placer de la música bien hecha... todo un gusto músico-cinematográfico. Habrá que ver que nos trae Rhapsody 'con Fire' y si esta competencia se torna en una guerra épica en lo musical.
10/10