Si se agarra y se mezcla agresión, guitarras rápidas, ritmos frontales y letras que hablan de política, juventud descarriada, cerveza y sexo... ¿Se tiene un disco de Thrash?... sip, más o menos, al menos en la estructura. Ahora, ¿auguran la unión de esos elementos un buen disco de Thrash?... nop. Algo así parece haberle sucedido a los experimentados miembros de la banda Exodus. Tienen todos los elementos de un disco de unos de los géneros más populares del Metal y sin embargo, es un disco regular, ni muy bueno, ni muy malo. "Blood In Blood Out" diría que no pasará a la historia como lo más excelso de su discografía.
En primer lugar vamos a puntualizar el más importante error logístico de este trabajo. El Thrash, así como con el Brutal son géneros demasiados intensos para canciones de casi seis o más minutos y el disco tiene ocho de sus doce temas en ese rango ¿Que carajo se va a decir en seis minutos que no haya dicho en los primeros tres o cuatro, cómo no sea saturar al oyente? Para este tipo de música es tan antinatural como para el Punk... no me imagino a Ramones tocando una canción por siete minutos, a los tres ya se soltó todo. Increíble error para una banda que tiene casi treinta y cinco años en escena (con sus paréntesis, claro), aunque el segundo regreso de 'Zetro' Souza parecía dar cierta garantía de 'vieja escuela' no ocurrió así.
Luego, los temas son genéricos, en general bien desarrollados en lo que al uso de la guitarra merece, la cual es el elemento que más y mejor destaca, ya que en manos del legendario Gary Holt se siente cómoda y fuerte. Sin embargo el disco, en perspectiva general, no es ni muy emocionante, ni muy agresivo, ni muy divertido y el Thrash o es uno, u otro... u otro, o se hace genérico. "Blood In Blood Out" es eso, Thrash genérico. Sirve para darle una clase a los más jóvenes: 'esto se toca así'...
No diré que es un mal disco, tiene temas interesantes, como Collateral Damage, Salt The Wound y la mejor del disco, Body Harvest, pero no es precisamente 'interesante' lo que yo busco cuando escucho este estilo, menos aún cuando la ejecución proviene de uno de los íconos musicales del Metal. Hay que recordar que estos americanos están, por derecho propio, en esa segunda línea de salvación de Metal de las garras del Grunge que en los 90's con Nirvana a la cabeza y el movimiento de Seattle detrás, casi acaba con él.
Entiendo que hay mucha gente a la que el disco le ha fascinado y creo que hay ciertos méritos que reconocerle. Su velocidad, guitarra y vocalización de Zetro son ciertamente atractivas, pero para mi, su songwritting (algo así como decir 'lo divertidas o emocionantes que son sus canciones') dejaron que desear... definitivamente, a mi humilde entender, pudo ser mejor. Sin embargo, se puede oír con gusto y seguramente un concierto sería digno de ver, a pesar de lo largo de algunos temas.
La salida de Exodus del vocalista desde 2005, Rob Dukes, puede haber influido en el juego sobre seguro que percibo en el trabajo y del deseo de mantener contenta a la base de fanáticos de la banda, lo cual seguramente lograron, sin embargo y repito, para mi que no soy un seguidor específico del Thrash y que me cuesta sentirme atraído por el género, habría querido más, más garra, más intensidad y menos sonidos estandarizados. Diría que el disco está hecho para que los fanáticos específicos se encuentren en su zona de confort y sea más adelante, cuando se compruebe que el regreso de Zetro valió la pena, que se intenten movimientos más arriesgados.
6.5/10, a despecho del odio de las masas fieles a sus dioses metaleros.