Otra vez hablar de los dioses del Metal... esta faceta del blog es quizás una de las más divertidas. No importa lo que opine, los que siguen la liturgia de esos seres supremos no aceptarán nada menos que la perfección, a la vez, los ángeles caídos de tales bandas solo podrán oír hablar de como sus odiados enemigos han abusado de su posición, de que años atrás se crearon una imagen y de eso han vivido, ya no es posible la redención. Es emocionante pues aceptar el reto, la culpa al final será mía y no hay nada que hacer.
Iron Maiden es -sino el epítome-, una de las cinco bandas más importantes del Heavy Metal, eso es un hecho, nadie en su sano juicio lo puede negar. Especialmente sus discos iniciales (ustedes se saben los nombres, no los voy a repetir) sentaron las bases de lo que iba a ser el género. La forma de cantar, la dos guitarras, el galopar del bajo, la épica... quien aprecia el Heavy sabe qué buscar en lo que se escucha y en el fondo de su cabeza siempre lo está comparando: '¿es tan buena como Hallowed By Thy Name?', no lo nieguen... como si no los estuviera viendo.
El caso es que luego de un buen disco como fue "The Book Of Souls" (2015) pero que ya forma parte de una segunda era de la banda, llega "Senjutsu" seis años de espera que yo diría, han valido la pena. Nuevamente Maiden trae cosas interesantes, posiblemente más maduras, más Progresivas y que en la sumatoria final le agregan puntos a su promedio al bate. Igual que como le ocurre a uno de mis héroes deportivos, Miguel Cabrera (Detroit Tigers), estos ya no son los años de la Triple Corona pero todavía logra emocionar, gracias a un juego que a veces muestra la potencia del pasado y que se agranda gracias a lo que una vez fue... igualito con los dueños de la Dama de Hierro.
"Senjutsu" es un disco de buenos momentos, de algunos riffs y bastantes solos de guitarra que emocionan. Stratego, The Writing On The Wall, Death Of The Celts o Hell On Earth, son canciones que me gustaron, en algunos pasajes incluso más que eso. En todo el disco está la huella de Harris como el director de orquesta, maestro del sonido y creador de los trucos que a sus fans nos van a convencer. La imaginería del disco es genial, todo el trabajo artístico está muy bien hecho y los videos -no podría ser de otra manera con este powerhouse de las disqueras- bien divertidos.
Por otro lado el disco es demasiado largo, no solo en su duración total sino en las canciones mismas, hay un exceso -a veces agotador- de reiteración, canciones de nueve, diez y hasta más de doce minutos que podrían haber dicho lo mismo en mucho menos. El uso de los teclados es, a veces, intrusivo, excesivo y un tanto edulcorante. Pero lo que francamente me pareció peor es la producción de "Senjutsu", no suena como se espera con este tipo de agrupaciones, apelotonado y poco dinámico, en el fondo lo único que realmente destaca es el bajo acústico. La voz de Dickinson es un punto a favor de Iron Maiden, aunque no sea el cantante de los años ochenta (¿quien lo es?), todavía muestra mucho control y calidad y la mejor noticia es haber superado su enfermedad.
Valió la pena esperar por estos ingleses, se mantienen en su pedestal y hasta cierto atrevimiento son capaces de mostrar. "Senjutsu" no cambia nada, quizás incluso les da algún galón adicional que exhibir y nos asegura unos buenos años adicionales de presencia de Eddy en los mayores escenarios del mundo, pero tampoco es la segunda venida.
7.5/10