Cuando hay tanto revuelo en torno a los integrantes de una banda, que no a su música, mi sentido araña-metalero se enciende... hay que mantenerse atento. Con The Agonist, para el que había seguido la noticia, había habido cierto drama. Su cantante original e ícono, Alissa White-Gluz salió para Arch Enemy, pero se quedó como productora de la banda (¿!?) y entró la griega Vicky Psarakis, que tiene un growl que, ciertamente, en caso de encontrarlo de sorpresa en medio de la madrugada, podría ocasionar un accidente cardiovascular... pero como que todo se enfocaba demasiado en eso y todavía había que mostrar si había o no sustancia.
Para mi The Agonist ha sido una de esas bandas interesantes, que nunca se habría de convertir en una de mis favoritas, pero cada disco, especialmente desde "Lullabies for the Dormant Mind" (2009), debía ser escuchado. Ahora con "Eye Of Providence" repiten la fórmula que los hace preferidos de cierto sector del Metal, al que le gusta el Melodeath agresivo con toques Modern, que fundamentalmente se reducen a coros/voces melódicas, con cierto uso (a veces abuso) del manido 'breakdown' tan usual en el Metalcore.
El disco es razonablemente bueno, pero para el nicho específico de seguidores. No aporta nada nuevo, ni un mínimo, lo que habría sido excusado por la entrada de la nueva cantante. No. Lo que The Agonist hace lo hace porque le gusta y lo hacen bien, pero no se van a arriesgar ni en lo más mínimo a mostrar avances o crecimientos. Podría asegurar, ahora que la banda tiene cuatro discos, que cualquiera que uno escoja para descubrir que hace esta gente será igual que el anterior o el posterior... que no está mal, pero tampoco aporta ninguna novedad. Digamos que si llega a ser el caso de que se es amante de The Agonist, este disco brindará la satisfacción de saber que su trabajo sigue, tan intenso como siempre, girando eternamente sobre su mismo eje.
Con excepción de The Perfect Embodiment, que me pareció una canción bastante buena, todas los demás temas giran en torno a 'la formula' y complacerán a los amantes de la banda. En lo particular no creo que haya grandes riffs, ni muestras de un songwriting excepcional, pero no deja por ello de sonar bien. Su instrumentación es -siempre lo ha sido- agresiva, fuerte y totalmente volcada a golpear con fuerza al receptor. No soy particularmente amante del constante cambio de voz que muestra Psarakis, aunque le admiro la capacidad de hacerlo. No debe quedar duda que no sólo tiene buena voz, sino un par de pulmones que le ayudan a mostrarse bastante bien. El problema es quizás que la influencia del Core y cierto dejo Modern no es de mi particular gusto... absolutamente injusto que mi comentario se deje influir por mi propio gusto y no sea más objetivo en lo que a ejecución se trata, pero no es la idea de este blog ser un paradigma de justicia, más bien la idea es contar de lo que me gusta y lo que no tanto, desde una visión más visceral... para lo primero mejor buscar a los críticos de verdad.
¿Pero acaso estoy diciendo que "Eye Of Providence" es malo? No, ni mucho menos. Pero es ciertamente plástico, estático y formulista. Un concierto de The Agonist debe ser una pasada, porque su forma de hacer Metal incorpora mucha intensidad, pero no son memorables, ni trascendentes. Tampoco es que todo el mundo debería -ni siquiera puede- serlo. Pero me habría gustado que aprovecharán la oportunidad del cambio para ir un poco más allá. Pero son lo que son y este es su tope artístico, cada disco es producto de una sola e inamovible inspiración, a algunos les gusta mucho, a otros nos gusta... pero un poco menos.
6.5/10
Tipico disco que está ok y se deja oir pero al que uno rara vez vuelve a recurrir una vez lo terminó de escuchar
ResponderEliminarSaludos
Particularmente me encanta la no linealidad que presentaba The agonist con repecto a la estructura de sus líricas, cosa que no he sentido con los singles (es lo unico que he escuchado hasta ahora). De hecho la dificultad de identificar un coro o un estribillo me parecía algo fascinante en la fórmula que utilizaba the agonist, además de la agresividad que le colocaban a la melodía e indudablemente los cambios de voz.
ResponderEliminarVoy a sentarme a escuchar para ver si realmente The agonist continúa con la misma fórmula que siempre me ha llamado la atención.