En otra rara entrega que continúa un poco con mi humilde historia y el sentido que puede tener este blog en mi mente, me encontré hace unos meses conversando con un amigo, unos doce años menor que yo, amante también del Metal, pero -creo- que hacia un sector menos árido del que yo muestro a veces, cuando me da por el Black o el Death. Luego de estar hablando de 'lo básico' (qué te gusta, cuál es el primer disco que te impactó, el primer concierto, etc), me dijo... creo que en el fondo me recriminó, que yo me había hecho metalero ya viejo. Me pareció interesante su 'acusación' y a la vez me sentí intimidado. ¿Sería verdad eso?
Esa conversación me llevó a una conclusión interesante, es cierto que no es sino apenas hace unos trece o quince años que oigo casi exclusivamente Metal (y música Clásica, aunque eso sería sujeto de toda otra historia)... pero la confirmación de esa realidad me hizo preguntarme si efectivamente yo si no sería un metalero 'impuro'... un advenedizo... me sentí sucio... ¿habría yo osado pecar contra el Metal por no haber sido un headbanger inmaculado desde mi concepción? Tuve prácticamente que hacer una regresión metafísica para averiguar que tan grave había sido mi falta.
Ciertamente el primer recuerdo que mi memoria puede alcanzar relacionado con el Metal, no es propiamente con él, sino con su imagen. La primera vez que recuerdo haber sentido una emoción causada por la transgresión de los límites paterno-filiales fue cuando me dio por dibujar y copiar hasta el cansancio la portada (sin el acetato adentro, porque se había perdido y a los efectos no importaba porque en mi casa no había tocadiscos) del LP de Kiss, "Rock 'n Roll Over". Estamos hablando de la segunda mitad de los setenta ('76?). No se como llegó la carátula de ese disco a mi casa, pero creo que alguien en el colegio me lo tuvo que dar.
Kiss fue, entre finales de los setenta y muy inicios de los 80's la única banda que yo le pedía a mi papá que me comprara cassettes una vez que llegó esa tecnología a la casa... pero no podía escucharlos en volumen alto en la sala, debía suplicar para trasladar el pequeño equipo a mi cuarto donde podía escucharlos un poco más alto. Por supuesto "Alive II" era mi cassette de preferencia, aunque de "Dynasty" de 1979 todavía canto todas las letras.... ojo, en el '79 yo tenía 10 años.
Ocurre que en esa época me mudé a una nueva casa y conocí a un gran amigo, algo mayor que yo, artista plástico y amante de la música, dueño de un equipo de sonido y una cantidad de discos que yo sólo podría soñar en tener, pero al que le gustaba el 'otro' género... el Pop. No me paró por eso de ir a su casa todos los días, durante meses, incluso años (seguro que me hice fastidioso), para oir de todo lo que traía casi a diario y si bien estuve descarriado, influido por los artificios de Donna Summer y Grace Jones, también descubrí bandas como Blondie, Ramones, Sex Pistols y a Meat Loaf... puede ser que este último sea una de la influencias más intensas para el salto siguiente, pues sin duda "Bat Out of Hell", "Dead Ringer" y "Midnight at the Lost and Found", en 1983, se transforman en parte de la banda sonora que me va a impulsar a identificar a la música verdaderamente buena como aquella que es, sobre todo, sentimiento.
A partir de 1983 las cosas -como todos saben de los 80's- se hacen confusas. Están bandas monumentales como Rush, Queen, Pink Floyd, los discos de Zepellin, Marillion, Saga, Triumph, Ozzy, Rainbow, Maiden, Scorpions, Quiet Riot, que eran geniales... pero no se podían bailar en las fiestas y cuando tienes catorce o quince años, amigo, si no te interesa bailar en las fiestas (no por la danza, sino por la cercanía corporal del sexo opuesto)... estabas mal. No quedaba más remedio y tampoco voy a negar que no me gustó Alphaville, Cyndi Lauper, Madonna, Toto y Chicago... aunque siempre había espacio para un poquito de Ted Nugent y Billy Idol.
Aquí hay que hacer un paréntesis, hoy damos por sentado el acceso inmediato a la información, en aquella época no era así. Las disqueras venezolanas, desde la mitad de los 80's y por un decreto que llamaron el '1x1' (una canción extranjera por una venezolana) comenzaron a promocionar cantantes 'venezolanos' (más de la mitad no lo eran, al menos no de nacimiento), lo que logró que una gran cantidad de buenos artistas se dieran a conocer, pero mayormente baladistas Pop, muy poco o casi nada Metal, si acaso algo de Rock. Por eso, con las gloriosas excepciones que pudieran mencionarse, yo -que no tenía permiso de salir hasta tarde y conocer la movida caraqueña-, tenía que morir con sonidos sajones, de discos que escogía o porque me los recomendaban, o porque su portada lucia atractiva o porque me dejaba llevar por la suerte.
Sí la señora de la tienda llamada La Séptima Nota, en Caracas, decía (ojo, esa señora era comegato [metalera, en jerga venezolana]): 'hay un disquito nuevo que se llama "master of popy" de Metayica (Metallica)... o algo bien diferente de una gente que se llama Crietor (Kreator)' tu lo comprabas y a veces la suerte te acompañaba, otras no y yo no tenía mucho dinero para comprar discos (no tenía nada, todo me daba mamá)... por eso entre algunos nos intercambiamos LPs, los grabamos en cinta y a veces, hasta los devolvíamos.
El Black y el Thrash ciertamente no eran nada fácil de conseguir, pero ya para el año '87, yo estudiaba en la universidad y trabajaba medio tiempo y tenía los dos elementos fundamentales para explorar: un poquito de dinero y más contactos... por ahí escuché las primeras cintas de Bathory, "Blood Fire Death", Mercyful Fate "The Beginning" o Sepultura "Bestial Devastation"... era interesante, otra cosa, definitivamente y volvía... y volvía. También debo mencionar al locutor Alfredo Escalante, quien contra corriente, en el canal menos visto de la limitada televisión de aquella época, se esmeró por traer lo que nadie conocía, videos de Rock y Metal en su ya inmortal programa, 'La Música que sacudió al Mundo', el cual era de obligatoria audiencia para quienes estábamos ávidos de recibir información.
Así fui mezclando lo que me gustaba, lo que me atraía (no necesariamente es lo mismo que lo primero), lo que estaba de moda, lo que había que oír... o te ibas a otro lado y lo que ponía la radio. Ciertamente no me gusta decir que hoy las cosas son más fáciles, porque casi siempre todo ha requerido esfuerzo, pero, ¡que carajo!... hoy es más fácil conseguir música.
¿Me clasifica el eclecticismo de los hechos narrados como un metalero novato? Supongo que dependerá de cada quien establecer eso, si acaso llegara a tener una mínima importancia. Yo me siento bien con como han salido las cosas... podría ser peor y todavía estar escuchando a KC & the Sunshine Band, Christopher Cross y a Captain & Tennille y quizás no sería tan malo, aunque me habría perdido de hacer este blog, que es una de las cosas que más satisfacción me produce.
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Alfonso