Un disco de Symphony X es un acontecimiento posiblemente no solo en el Sinfónico, ni siquiera en el Metal. Desde mi visión debe ser motivo de regocijo para la música en general, lo que es cierto desde hace más de veinte años. Esa forma de elevar cualitativamente la ejecución de la guitarra, los teclados, ritmos y voces, haciéndolo todo más grande, más intenso y mejor... y que hayan escogido el Metal para mostrar el virtuosismo que los ha caracterizado pues sólo debe ser de agradecer y yo lo hago.
Discos como "The Divine Wings of Tragedy" (1997), "V: The New Mythology Suite" (2000), "The Odyssey" (2002) e incluso su último, "Iconoclast" (2011) son las pruebas a las que me remito. Por favor, incluso han realizado canciones que están por derecho propio en el Top 100 de mi humilde lista personal, como Paradise Lost (del disco homónimo de 2007). Todo ello sólo habla bien de esta banda, quienes además se precian de ser una de las agrupaciones más estables en el tiempo, lo que les permite un desarrollo impresionante de su arte.
Pero como a todos los seres humanos no pasa, siempre se puede tener un día malo, un 'annus horribilis'... un disco peor en el caso de músicos. A Symphony X les ha tocado en esta oportunidad. Algo en el camino de "Underworld" se torció y produjo un trabajo menor. Menor el calidad vocal, menor en inspiración y songwritting, un disco que tiene sus momentos que recuerdan quien está tocando pero que en la sumatoria deja mucho que desear. Si bien es nuevamente una exhibición de destreza instrumental y un par de temas como son Underworld y Without You y pasajes de Swangsong hacen valer los galones ganados por la banda, la voz de Russell Allen se pierde en el sonido, no transmite esa emoción desbordada y agresora que lo ha llevado a ser uno de los mejores, su toque mágico no estuvo nunca presente... su voz cantó, su alma no.
Ciertamente la batería de Jason Rullo se mantiene como un eje fundamental de este trabajo, junto con la firma de la casa, la guitarra de Michael Romeo y si se tratara sólo de comentar respecto a sus capacidades, pues habría que inclinarse ante ellas, igual se debe decir de la ejecución en los teclados de Pinella. Pero los elementos, en esta oportunidad, no lograron acoplarse como era de esperar... y ese puede que sea también un elemento a razonar: de Symphony X ya no se espera un disco 'interesante' o 'pulido', de estos genios del Symphonic norteamericano se aguarda por un choque frontal de sonidos hilados como sólo los grandes lo saben hacer.
Temas sosos u olvidables plagan el disco, con coros que no forman parte de la herencia de la banda, ni riffs envolventes y emocionantes, canciones como Nevermore, Kiss Of Fire, Charon -terrible-, To Hell And Back (decepcionante con excepción de la guitarra), Run With The Devil y In My Darkest Hour pueden ser incluso destructoras en la puesta en ejecución instrumental, pero terminan y te dejan esperando la sustancia, el amargo ese que cala en el fondo de la memoria, el resto sólo aceptables. Por esta oportunidad Symphony X se privó o no logró alcanzar el difícil objetivo de apretar en su puño las emociones que sus más fieles fanáticos esperamos.... repito, songwritting y voz, fueron decepcionantes.
"Underworld" es ciertamente difícil de entender a las primeras, como mucha de la música que la banda hace y que requiere maceración para que asiente en el gusto, pero no creo que en esta oportunidad sea ese el motivo por el cual no me llegó, aunque ciertamente deberé volver a él para seguir desentrañando su mensaje; al momento de escribir esta nota temo que sufre el riesgo de quedar como su disco menor.
Puede ser que S-X esté experimentando y que yo esté tan equivocado como algunas veces, pero de lo que no me queda duda es de que así no se sirve este plato: Su emoción, el nivel de impacto de sus sonidos, de sus acordes, sus riffs y las sensaciones que todo eso transmite, no las conseguí en "Underworld" y adelantádome a los incondicionales, les diré que no me satisface que esto sea así, Symphony X es una de mis bandas preferidas y sinceramente espero que este sobresalto sea sólo ese momento de desenfoque que todos tenemos alguna vez.
5.5/10. Tampoco la portada me atrajo.