Una de las artistas más amadas, odiadas, mentadas y seguidas del Metal es, sin lugar a dudas, la finlandesa Tarja Turunen, ex-vocalista de Nightwish y quien junto con Tuomas Holopainen se encargaron de cambiarle la perspectiva al Symphonic, creando una revolución en su sonido al incorporar la voz 'culta' al conjunto. Nadie antes y quizás nadie después de los integrantes originales de aquella banda lo hicieron tan bien. Ahora que Tuomas reconoció públicamente que la forma poco amable de haber terminado la relación con la cantante estuvo errada y la publicación de "The Shadow Self", parece que un circulo se ha cerrado en el Metal, para bien de todos, diría yo.
Luego de haber estado divagando durante una década entre discos de dudosa calidad, sin una definición sonora, intentando agradar a todo el mundo sin llegar a gustar a nadie, Tarja vuelve a sus raíces, se aparta de mediocre Pop que había incorporado a su registro, deja que en vez de ser ella el centro de la atención lo sea un excelente songwriting y sorprende a propios y extraños con un disco de la clase que de ella siempre se esperó y no había logrado. Nuevamente el Melosymph del que ella es -al menos parcialmente- madre, domina su música y "The Shadow Self" destaca en el espectro, que sin grandes nombres este año, como Within Temptation, Therion o Xandria, estaba algo abandonado (sigo esperando oír a Delain, por supuesto).
El disco está muy bien hecho, con sonidos hermosos, unos cuantos excelentes temas, más fuerza y más intensidad que cualquiera de sus otros solitarios. Las primeras tres canciones ofrecen el lado más amable de la entrega, siendo posiblemente los temas que todavía muestran algo de la perspectiva dulce aquella con la que no convencía, o peor, casi destruye su carrera como "My Winter Storm" (2007) o -válganme los dioses oscuros- "Colours In The Dark" (2013). A partir de Love To Hate, pero especialmente desde Supremacy y luego con The Living End y Diva, es donde se nota ese quiebre, donde está lo que le da verdadera vida al disco: Tarja se mezcla con la música, decide que debe dejar de ser ella el centro absoluto de la atención y permite que los sonidos se fusionen con ella, que teclados, cuerdas, ritmos y guitarras tengan su espacio, creen un conjunto, de buen gusto por cierto y a veces, más que eso... y es entonces, saliendo del encuadre perfecto, donde mejor se la percibe.
En lo particular había perdido la esperanza de volver a disfrutar de una buena entrega de Sinfónico por parte de Tarja, por eso posiblemente la sorpresa ha sido mayor. Suficientemente alejado del sonido tradicional de NW, con una perspectiva que -especialmente la guitarra- se muestra más pesada que lo usual, mucha instrumentalización y largo sectores donde la música es la verdadera protagonista, creo que "The Shadow Self" no sólo es el mejor disco de Tarja en toda su carrera solitaria, sino además uno de los mejores del año en el plano menos duro del Metal, con canciones que van desde la emoción hasta la belleza, sin caer en enfoques facilones, pero sin dejar de sonar hermosamente cuando quiso, incluyendo algunos de los más hermosos riff y melodías de su carrera.
El disco está marcado por una gran manera de componer, grandilocuente y aunque todavía estoy por encontrar de quien es la producción, creo que no dejará a casi nadie impávido. Incluso se da el lujo de ser histriónico, elaborado y emocionante; cuenta con las colaboraciones de Alissa White-Gluz y Sharon Del Adel, entre otros y cierra, además, con un hermoso atrevimiento como es el tema Too Many, con 'ghost track' incluido (...this is a hit song...), el cual termina de aclarar que Tarja ha finalmente aprendido a reírse de ella misma. Sólo pocas canciones no me terminaron de convencer, quizás las únicas Undertaker y Calling From The Wild, lo demás es todo recomendable.
8/10 Vuelta a la forma de una de las más importantes voces del género.