A despecho de algunos, el anterior disco de Virgin Steele, "The Black Light Bacchanalia", me gusto. Me pareció un disco de buenas sensaciones, con algo que ofrecer. Ahora algo tiene que decirse acerca del nuevo trabajo de uno de los mayores tercos del Metal... quienes simplemente parece que no saben cuándo parar. No estoy diciendo que se vayan a su casa y se encierren a meditar por su 'experiencia', pues también es cierto que otros actos similares, con más de treinta años en la escena todavía tienen algo que ofrecer. Quizás ellos mismos no se den cuenta de que vienen descendiendo... todavía no en caída libre, pero comienza a ser preocupante que por querer estirar demasiado el chicle, dañen el excelente sello que han dejado en la memoria de los fanáticos.
La inusual voz de David DeFeis, que se transmuta con la de un tigre, siempre ha sido el elemento más interesante de la banda y se ha amalgamado en muchos discos, especialmente aquellos de los noventa y comienzos del milenio con el estilo True/Heavy del que tantos buenos momentos me han brindado. Pero en esta, su más reciente entrega, "Nocturnes Of Hellfire & Damnation", han dejado caer la pelota. Aquí algo falló, o varias cosas. La grandiosidad propia del sonido de la banda se ha diluido en sonidos ubicados en otro espectro de la música, perdiendo emoción, velocidad y épica. La voz de DeFeis suena cansada, delgada, a menos que antes.
El primer par de temas del disco, Lucifer's Hammer y Queen Of The Dead ofrecen cierta esperanza, pero a partir de ahí, comienza un viacrucis de sonidos flojos, sin inspiración y hasta aburridos... A Virgin Steele se le puede perdonar casi todo, incluso un mal disco -todos tienen un mal día y un mal disco-, pero ¿qué se tornen aburridos y lentos? no se, han jugado con fuego. Se han permitido un disco odiosamente largo, de ochenta minutos, en los que falta el sonido, falta el punch y el espíritu del True saltó por la ventana.
Temas como Black Sun-Black Mass y The Plague And The Fire, son repetitivos hasta las nauseas; Hymns To Damnation y Fallen Angels casi me ponen a dormir; Persephone y We Disappear no inspiran ni un mal pensamiento; Devilhead, Glamour y Demolition Queen son dolorosamente lentos y sin alma y así en general es el disco, del cual hecho de menos la emoción de Metal exagerado, del cuero negro, los pinchos y el puño en alto. Me atrevo a decir que escuché sonidos que nunca pensé que podían venir de estos cultores de la emoción metalera, algo así como si Journey estuviera en LSD.
Me siento decepcionado con este disco, Virgin Steele ha decaído a un nivel que sugiere que algo pasó... algo malo. Esta no debería ser la forma en la que una de las bandas más icónicas del Heavy Metal norteamericano acabe su carrera. Por eso elevo una plegaria a los dioses metaleros para que, si todavía hay tiempo, vuelvan y cierren -si es el caso- una carrera que merece una nota mayor que "Nocturnes Of Hellfire & Damnation".
Algún sonido aquí y allá, como las mencionadas canciones del inicio y quizás el tema Delirium salvan disco de ser un total desastre, pero no pienso volver a él. No es realmente el reflejo de una banda a quien siempre se catalogó como espectacular.
4.5/10
El primer par de temas del disco, Lucifer's Hammer y Queen Of The Dead ofrecen cierta esperanza, pero a partir de ahí, comienza un viacrucis de sonidos flojos, sin inspiración y hasta aburridos... A Virgin Steele se le puede perdonar casi todo, incluso un mal disco -todos tienen un mal día y un mal disco-, pero ¿qué se tornen aburridos y lentos? no se, han jugado con fuego. Se han permitido un disco odiosamente largo, de ochenta minutos, en los que falta el sonido, falta el punch y el espíritu del True saltó por la ventana.
Temas como Black Sun-Black Mass y The Plague And The Fire, son repetitivos hasta las nauseas; Hymns To Damnation y Fallen Angels casi me ponen a dormir; Persephone y We Disappear no inspiran ni un mal pensamiento; Devilhead, Glamour y Demolition Queen son dolorosamente lentos y sin alma y así en general es el disco, del cual hecho de menos la emoción de Metal exagerado, del cuero negro, los pinchos y el puño en alto. Me atrevo a decir que escuché sonidos que nunca pensé que podían venir de estos cultores de la emoción metalera, algo así como si Journey estuviera en LSD.
Me siento decepcionado con este disco, Virgin Steele ha decaído a un nivel que sugiere que algo pasó... algo malo. Esta no debería ser la forma en la que una de las bandas más icónicas del Heavy Metal norteamericano acabe su carrera. Por eso elevo una plegaria a los dioses metaleros para que, si todavía hay tiempo, vuelvan y cierren -si es el caso- una carrera que merece una nota mayor que "Nocturnes Of Hellfire & Damnation".
Algún sonido aquí y allá, como las mencionadas canciones del inicio y quizás el tema Delirium salvan disco de ser un total desastre, pero no pienso volver a él. No es realmente el reflejo de una banda a quien siempre se catalogó como espectacular.
4.5/10