El Lado Oscuro Metal Critica

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miércoles, 10 de julio de 2013

Scale The Summit - "The Migration" (Djent / Progressive)

Scale The Summit es una banda instrumental progresiva estadounidense, con sede en Houston, Texas. Se formó en 2004 y dibuja influencias de otros actos Prog como Cynic. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de las otras bandas de Progresivo, no tienen vocalista, aún así llamaron mucho la atención cuando en 2009 hicieron telón a la gira de Dream Theater.
Hoy por hoy muchos fanáticos del Prog/Djent besan el mismísimo suelo sobre el que el guitarrista Chris Letchford camina y en el fondo es fácil entender por qué. Sin casi mostrar esfuerzo, a menudo enseñando su paciente, único y particular estilo -de fuerte influencia en el jazz-, este virtuoso destruye preconceptos al respecto de lo que la guitarra es capaz de hacer. Chris ha demostrado que es uno de los guitarristas más innovadores, de gran capacidad técnica y ejecución densa, que hay en la escena. Las imágenes mentales que, al menos a mi, me produce, hace de Scale The Summit una de las muy pocas bandas sin vocalista que yo puedo soportar escuchar. De hecho esta es la primera crítica que escribo de un grupo con esa característica.

También es cierto que en el mundo metalero los elogios se detienen un poco cuando la referencia se hace directamente a la banda, más que a Letchford y es que no todo el mundo está dispuesto a oír Metal sin voces, pero percibo que, después de cuatro discos tan fuertes como sus trabajos "Monument" (2007), "Carving Descent Canyons" (2009), "The Collective" (2011) y ahora "The Migration", Scale The Summit demuestra plenamente su calidad como conjunto, creando, especialmente en este último disco, exuberantes paisajes sonoros

"The Migration" es otro trabajo que fluye con la inspiración de la discografía familiar del grupo, pero no deja de tener su parte áspera, intensa y poderosa. El concepto del disco es el de una balsa que serpentea a través de un río de pensamientos amplios, como cruzando corrientes a la derivada, con elementos polirítmicos, diferentes patrones melódicos y tonos que marcan el estado de ánimo de un viaje cálido y verde. Desde el río hasta el mar... definitivamente todo lo que se puede esperar de un trabajo Progresivo complejo y completo.

Mientras se escucha "The Migration" la fusión de la parte técnica y compleja de la música, con la parte divertida y ligera, provoca interesantes imágenes mentalmente: rápidos y piedras que causan inquietud, ambientes vivos y pasajes de paz; todo un conjunto de elementos que convierten a este en uno de los discos mejor desarrollados del año. Adicionalmente, a nivel de producción, la mezcla y masterización del trabajo es decididamente magistral, mejor que la de sus álbumes anteriores que fueron un poco más ruidosos y menos nítidos.

Como elementos criticables está cierta falta de uniformidad de la estructura de los riffs y falta de variedad general... pocas sorpresas en el recorrido y aunque no tuve sensación de aburrimiento con el disco, llegué algo cansado al final, quizás por cierta exageración en la repetición de algunos riffs.

Este, como los demás discos de Scale The Summit, parece rehuir asociaciones con actos Prog más pomposos, como Dream Theater o Cloudkicker (la otra 'banda' Prog puramente instrumental que me permito escuchar ['banda' porque está conformada por una sola persona]) y me parece que muestran, nuevamente, mucha empatía por el tipo de música que ejecutan; siempre los he percibido como queriendo -simplemente- estar bien consigo mismos, poco preocupados por el 'que dirán', lo que les da un aura de libertad impresionante.
8.5/10  Muy buen disco, de lo mejor del Progressive a estas alturas del año. Excelente portada.



viernes, 28 de junio de 2013

Pandora - "Four Seasons" (Thrash)

Bien... hablando de Thrash, me encontré con este grupo brasileño dando vueltas por ahí y me pareció algo demasiado interesante como para obviar, pues en general este, "Four Seasons", su trabajo debut, es de muy buen nivel. Pandora es un conjunto que desarrolla un estilo menos agresivo y algo más melódico que las bandas más representativas del género, pero no por ello deja de ser de gran calidad. Con algunos elementos Power y pizcas de Doom, esta gente tiene un trabajo interesante que ofrecer a los amantes del estilo, especialmente a los gustosos de un buen bajo en la dirección y una guitarra poderosa como columna vertebral, lo cual se nota desde el inicio.

Bruno Leal, con guitarras y voz, Rômulo Lebre en la guitarra líder, Marcos Cazé, ejecutando un gran bajo y Luiz Fernando, tocando los cueros, se destacan; este grupo se permite progresiones y ataques que recuerdan seriamente a sus coterraneos, los consagrados de Sepultura. Firmados por el sello -también- brasileño, MS Metal Records, logran una excelente producción, hasta con detalles de 'vinyl' en canciones como la fantástica Prelude, que da paso a la excelente ejecución, homónima del disco. Lastimosamente ni la banda ni el sello ofrecen mucha información en la Web, por lo que me limitaré a comentar aquello que creí percibir de este trabajo, "Four Seasons".

El álbum se escucha deliberadamente simple, rápido y muy melódico, con repentinos cambios de humor, en la mejor tradición de la escuela estadounidense-brasileña; lo mejor del mismo viene al final de él, lo que sorprende un poco, sobre todo teniendo en cuenta que este es el álbum debut del grupo y que regularmente los grupos nóveles tratan de dejarlo todo en las dos o tres primeras canciones. El trabajo de guitarra, especialmente, es una delicia: potente, crudo, pero sensible cuando cambia el ritmo; sírvanse disfrutarlo.

Es interesante comprobar una vez más que la buena música no tiene sólo que venir de los sitios tradicionales, como Finlandia o Suecia, sino que aquí mismo, en el sub continente americano se pueden hacer discos excepcionales, basados en conceptos superiores, como en este caso, donde usan como inspiración "Las Cuatro Estaciones" del compositor de música clásica Vivaldi, creando canciones Trash que refieren esa magna creación; desarrollando con buen gusto canciones que recorren su trabajo, pero con otra perspectiva y sin caer en burdas imitaciones, este disco se pierde de vista. Temas como Spring Of Creation, Autum Of Decadence, Summer Of War o Nuclear Winter, sin contar con el excelente cierre que implica la pieza Epitaph, definitivamente son una oferta diferente para el estilo. Este es el propio disco que te obliga a preguntarte: '¿Qué es esto? lo he escuchado muchas veces, pero diferente'. Un gran gran trabajo, algo extrañamente (o a propósito, no se) dejado de lado por los comentaristas usuales del género... pero que en todo caso demuestra lo underground que todavía somos.

Creo que Pandora no será catalogado dentro del canon puro del Thrash, seguramente habrá quien les sume influencias Power y hasta Doom, pero sin duda su tesitura fundamental parte del estilo 'basura', ese que no teme gritar duro y descargar rabia, como de hecho ellos muestran. A la vez no voy a ser yo quien niegue que aquí hay algo más, este puede ser el nacimiento de una banda que vino a aportar; que si... coño, que toma el concepto de Sepultura y posiblemente algo de sus otros coterraneos famosos, como Calavera Conspiracy, pero produce un trabajo un poco simple en sus arreglos, pero completo en su presentación. El que dude al respecto, no detenga el disco hasta llegar a Summer Of War y se deleite con una buena manifestación de Metal.
Este disco, además de sus características propias, tiene elementos extra musicales que hablan muy bien de la banda, como por ejemplo su duración por encima de la hora, lo que, para una banda novel, bajo la tutela de un sello establecido, es toda una proeza. Luego, la demostración virtuosa de cada uno de los instrumentos, individualmente considerados, refiere a una banda con un porvenir más que interesante. Este tipo de discos reafirma la fe en el Thrash y confirma que, a pesar de "Super Collider" de Megadeth en 2013, no todo está perdido.

Habrá oidores más jóvenes quienes critiquen los Intros de algunas canciones con fuerte influencia clásica, pero sugiero desprejuiciarse y permitirse el placer de escuchar música bien hecha, con fuerza, dureza y cuerpo, pero inocultable placer por las mejores melodías que ha creado el ser humano. Aunque el disco adolezca de fuerza totalmente Thrash, y lo sustituya por elementos Power, como en Nuclear Winter, merece ser oído como uno de los mejores trabajos del género, de los que -por cierto- estamos cortos este año.
9/10. Sólido de verdad. Por cierto, una de las buenas portadas del año. Vigésimo contendiente a Disco del Año de El Lado Oscuro - Metal Crítica


lunes, 24 de junio de 2013

Orphaned Land - All Is One (Progressive / Etnic)

Orphaned Land es una banda israelí de Progresivo y leves elementos Black, formada en 1991 bajo el nombre de Resurrection (cambiando su nombre en 1992 al actual), la cual combina influencias judías y árabes. La banda ha pasado por varios cambios de formación en los últimos años, pero ha conservado tres de los miembros fundadores, la fantástica voz de Kobi Farhi, Uri Zelcha (bajo) y Yossi Sassi (guitarras). A ellos se suman Matan Shmuely (batería) y Chen Balbus (guitarra / teclado). Desafortunadamente no los había oído hasta ahora, una lástima, pues son excepcionales.


Este disco es su quinta producción y abren con una canción única, All In One y sin ambages me (les) pregunto ¿Es All In One la mejor canción del año? Facilmente lo puede ser, pero ¿Es el disco "All In One" -en su conjunto- tan bueno como suena la primera vez que se pone a girar, o la décima vez? Desde mi perspectiva tiene algunos lugares comunes y cierto abuso de de sentimentalismo, pero definitivamente es uno de los mejores discos del año.

La historia detrás de lo que ocurre en este trabajo es absolutamente intensa, a nivel de disco conceptual: Su historia narra como en plena Primera Guerra Mundial, el 24 de diciembre 1914, el Frente Occidental (especie de hueco estratégico que los alemanes había abierto en Bélgica) se prepara para entrar en batalla, pero empieza a llover con nieve, a la vez, Gran Bretaña se prepara para la defensa, cuando el aire se escuchan canciones alegóricas a la fecha, es Navidad. Los alemanes parece que deciden celebrar un poco antes de la muerte y los soldados británicos también cantan. Tras un intercambio de canciones y aplausos mutuos, las dos trincheras se ponen de acuerdo e, increíblemente, tienen una fiesta de Navidad, con intercambio de cigarrillos, bebidas y chocolate. Por unas horas los soldados de ambos lados hablan de sus familias, sus hijos y la vida. Pero los comandantes de ambos bandos se molestan y ordenan dar por terminados los festejos, aún así, hay evidencia fotográfica de que el 26 de diciembre se izan carteles ingleses que dicen 'Feliz Navidad' y alemanes que responde 'Gracias', luego la guerra comienza de nuevo.

Esta historia establece los parámetros y motivación del disco "All Is One", del grupo Orphaned Land, dedicado como dije, a la fusión Progressive y Etnic, fuertemente influenciada por sonidos del Medio Oriente, con algún toque Black. La letra de la canción Let The Truce Be Known es posiblemente una de las más intensas y elaboradas del año, pero sobre todo, viniendo de un grupo cuyas experiencias propias son tan particulares, se aprecia más aún que la misma sea una oda a la paz. Este no es un disco para quien crea que la guerra, la aniquilación o alguna 'solución final' es una opción. Los elementos conceptuales de Orphaned Land en este disco son directos, crudos y controversiales.

Ahora, más allá de lo profundo que puede ser el disco a nivel de mensaje, su musicalidad es un reto. Habrá quien desprecie el intenso fondo étnico de la producción, como quien apreciará la fusión de estilos que en el mismo se aprecian. En lo particular yo disfruté mucho ciertas canciones, sobre todo aquellas cuyo acento estaba en los elementos Prog y hasta Black de las voces, sin menospreciar los ritmos y melodías árabes, aunque llega un punto que los mismos empalagan.

Nadie podrá negar que Orphaned Land tiene su propio sonido y deja una impresión única, ganada a la diversidad, con elementos líricos y protagonismo para los instrumentos de cuerda, guitarras, así como violín y cello. Luego su sello inconfundible está en los coros que erizan facilmente los vellos del cuello en canciones como la mencionada All Is One, Children y Trough Fire And Water. Este es un disco de multiples sonidos, unos suaves, como susurros y otros intensos, con voces duras orientales e instrumentos inusuales, tales como tambores djembe y laudes. La letras pueden variar del inglés al hebreo o al árabe e incluso al yemení, casi siempre buscando que sean emocionales y épicas.

Asumiendo que intolerantes de ambos bandos despreciarán mis comentarios, como entiendo que de hecho hacen con esta fantástica banda, aprovecho para aconsejar que no se desgañiten en críticas, porque no subiré comentarios xenófobos, racistas o fundamentados en el odio. Al contrario, aconsejo oír este disco con paz pues en él se oyen una gran variedad de elementos musicales, modelos, herramientas y técnicas, reuniendo varios idiomas y culturas diferentes, propósitos con decisiones valientes para hacer algo diferente. Sus composiciones son excelentes, completas y a menudo monumentales. Es un disco como pocos, inspirador, de excelentes coros y letras emocionales. Se le puede añorar cierta ausencia de voces extremas y criticar el fuerte motivo oriental, pero no la voluntad. Otro motivo para seguir creyendo que el Metal es el estilo de música popular más completo y complejo que existe.

9/10. Décimo noveno contendiente a Disco del Año de El Lado Oscuro - Metal Crítica. Una de las mejores portadas también, con la fusión de los símbolos de las tres religiones mayores.

domingo, 23 de junio de 2013

Masterplan - "Novum Initium" (Power)

La existencia de Masterplan ha tenido ribetes de drama, pero siento que para ellos y como en las películas, el bien ha triunfado sobre el mal. Su historia se remotan a finales de 2001, momento en el que la banda de los fundadores de Masterplan, Helloween, terminaba su gira "The Dark Ride Tour", oportunidad que escogieron Roland Grapow, presente en Helloween desde 1989 y Uli Kusch, desde 1994, para formar un proyecto paralelo. Pareciera que esto molestó un poquito a Markus Großkopf y a Michael Weikath, quienes decidieron darles la conocida patada por el culo, lo que los llevó a asumir Masterplan como su proyecto principal; así, invitaron a Janne Wirman, que en ese momento tocaba en Children Of Bodom, para que se encargara de los teclados y luego de preguntarle a varios cantantes (Russell Allen de Symphony X entre ellos) y hasta al ex-Helloween, Michael Kiske, quien también rechazó la propuesta, me imagino que pensando que traicionaría a sus viejos socios, llegaron al vocalista de sus primero cuatro discos (realmente sólo tres, en "MK II" cantó Mike DiMeo), el excelente Jørn Lande, quien con su trabajo en Avantasia había alcanzado la notoriedad.


Durante algún tiempo no podía formarme una opinión definitiva de "Novum Initium", el quinto disco de Masterplan, pues es no estaba demasiado convencido del trabajo desarrollado por su nuevo cantante, Rick Altsi, proveniente de At Vance. Por otro lado, "Novum Initium" ya no recuerda ni el primer disco de la banda, homónimo de la misma, el cual, hasta el momento sigue siendo su mejor trabajo... siento que Masterplan ha perdido algo de su color y esencia. Definitivamente, al menos desde mi perspectiva, Lande era mucho mejor vocalista; no lo digo yo, preguntenle a cualquiera que lo haya oído. Pero al final y luego de varias veces de repasar el trabajo, finalmente me di cuenta de lo que pasa: no está la atmósfera a la que la banda nos tenía habituados. Sus canciones suenan un poco estériles, no hay ese momento explosivo que te cautive, no hay sorpresas. Aún así el disco tiene sus momentos.

Como ya ha sucedido con anterioridad en la banda, la ejecución de los instrumentos volvió a rotarse, no sólo entra una nueva voz, sino que el bajo ahora lo toca Yani Kaynulaynen (ex Stratovarius), y la batería la ejecuta Martin Shkarupka, de Cradle of Filth, mezcla que hace que no todo suene tan fluido como debería, aunque en general el conjunto se oye bien (si se oye con detenimiento a la batería se percibe que el ejecutante no viene de la escena Power, sino de una mucho más dura, se le nota contenido, como por ejemplo en Betrayal).

Pero mientras que el cambio de sección rítmica apenas se percibe si se pone mucha atención, la falla más evidente está en la voz. Altsi se escuda detrás del micrófono, no deja fluir su comprobado nivel; quizás la próxima vez se deje llevar con más fuerza allá a donde una banda como esta debe estar, en las alturas o quizás la sombra de Lande le pesó demasiado. A pesar de ello hay ciertas canciones donde Altsi se nota más cómodo que en otras, como en Keep Your Dream Alive.

Aunque un poco largo para lo empalagoso del género (cincuenta y ocho minutos) no todo es malo. Hay buenas canciones, con interesantes elementos progresivos, como No Escape, su opus de diez minutos, Novum Initium o Earth Is Going Down, que con su interesante ejecución de cello es de las mejores del disco, algo oscura y poderosa. Lamentablemente la falta de ambiente y sorpresas son los principales culpables de que "Novum Initium" haga que el oidor se aburra rápidamente; no creo que se convierta en un disco para repetir en los próximos años.

Debo alabarle al grupo su obstinación ideológica y perseverancia, pero me preocupa que pueda colapsar por sus constantes cambios de alineación y songwritting lo que los lleva a esto, discos con grandes nombres en su alineación, con grandes defectos. Ojalá que Grapow haga que su próximo material, si llega, traiga más espíritu, con algo menos de sobreproducción, más memorable y un verdadero nuevo inicio.

6/10

Amon Amarth - "Deceiver Of The Gods" (Melodic Death / Viking)

Bien... dispuesto a ser arrastrado al 'Helheim' por los incondicionales de Amon Amarth, los cuales -está claro- que no aceptarán menos que un 'perfecto extraterrestre', voy a rendir mi testimonio acerca de "Deceiver Of The Gods". Para salir de dudas, haré el resumen antes de desarrollar y así será más fácil decidir si es hora de invocar la ira de Odin: Este es un buen disco, por momentos un muy buen disco, pero en la suma final, es más oscuro y menos 'Power Death", si se me entiende el concepto, de lo que hasta ahora AA nos tenía acostumbrado. Si se le mide con esa vara, el producto final no parecerá tan bueno como "Surtur Rising", si por el contrario, se está dispuesto a aceptar el nuevo concepto, menos Melo/Folk, seguro parecerá un trabajo al menos igual o superior que el de su predecesor. Ahora que está dicho, que los cielos se partan.


Repito, -que no se diga que no lo dije- el disco me gustó, es un buen trabajo, pero sin duda es mucho más difícil de escuchar que lo que hasta ahora, luego de veintidós años de presencia en la escena, nos tenía acostumbrado la banda (a mi me llevó varias veces de ponerlo y hasta quitarlo para entenderlo). Diría que la producción es impecable y algunas canciones, como Shape Shifter, Deceiver Of Gods, Coming Of The Tide y Under Siege, son de excelente factura, pero a la vez hay otras en las que percibí cierto cambio de perspectiva, algo poco o nada usual para Amon Amarth, como en Hel o We Shall Destroy, diferentes en su estilo, en algunos casos casi a lo Iron Maiden, y donde quizás faltó agresividad.

Creo que en general nadie podrá dudar que este es un disco bastante menos melódico de lo que estamos acostumbrados y que por momentos adolece de esa velocidad trituradora, que abruma y que es el sello de la casa. No creo que necesariamente esta forma de presentar el trabajo sea mala, pero hay momentos en los que eché de menos un buen blastbeat, como en Coming The Tide, la más contradictoria de las canciones, la cual es excelente, dentro de la visión de la nueva experiencia y a la vez, desconcertante, si se mide con el cánon estandar. Me parece -estoy convencido- que el noveno álbum de Amon Amarth, "Deceiver Of Gods", va a ser uno de los discos más comentados del año, por múltiples motivos y que habrá tanto quien se borre los tatuajes, como quien se grabe en fuego el logo, en la frente. Lo que si es definitivo es que el álbum no va a dejar indeferente a nadie.

Lamento a la vez decir que hay elementos que no me terminaron de convencer del todo. Sus guitarras, más de una vez, no son tan apasionantes como generalmente han acostumbrado a ser y su elemento principal, la voz de Johan Hegg, estuvo algo por debajo de sus demostraciones anteriores. Con la excepción de la primera canción, homónima del disco y la mejor del albúm, Shape Shifter, no se siente que haya muchos temas que sobresalgan realmente y conviertan el disco en un clásico instantáneo. Entiendo que esto se debe al carácter más oscuro, definitivamente menos melódico.

Amon Amarth es uno de los grupos bandera del Metal. Casi a cualquier 'headbanger' nos gusta y hay un motivo, su calidad a lo largo de los años y hasta el punto que ello se acepta en el ambiente metalero, su facilidad para ser digerido. Creo que el segundo de esos elementos se ve modificado con "Deceiver Of The Gods", porque este disco no es sencillo, pero si bien realizado. Puede que, hasta de forma algo injusta, si este disco proviniera de otra banda, sería analizado con menos dureza, el problema está en que AA ha puesto la vara muy alta a su propio trabajo,

Me ha sido difícil llegar a la conclusión del primer párrafo porque, si había un disco que deseara que fuera arrollador, era este, pero el mismo es simplemente, diferente y posiblemente un intento de la banda de crear algo más complejo, más intenso, lo que -queriendo o no- lo ha convertido en algo más difícil y con -digamos- menos estilo del que típicamente exhibe Amon Amarth.

8/10 Me gustó, pero creo que le faltaron algunos de los ingredientes tradicionales del 'plato de la casa'.





jueves, 20 de junio de 2013

Kalmah - "Seventh Swamphony" (Melodic Death)

Kalmah es una de las buenas, o incluso muy buenas, bandas de Death Melódico de la escena mundial. Formada en Oulu, Finlandia, en 1998, presenta con "Seventh Swamphony" su séptimo CD. Como referencias históricas se puede decir que son el resultado de una banda originalmente llamada Ancestor, formada por el guitarrista/vocalista de nombre más divertido conocido hasta el día de hoy, Pekka Kokko. Están firmados por Spinefarm Records y la palabra 'Kalmah' se puede traducir como 'tumba' o 'hasta la muerte'.

Me ocurre que cuando escucho o pienso en Melodeath, me imagino varios grupos: Insomnium, Ensiferum, Omnium Gatherum, Nightrage, Wintersun, Children of Bodom o Norther, pero cuando me piden nombrar al representante de la corriente más clásica de ese estilo Kalmah me parece uno de los referentes principales, quizás junto con At The Gates. Efectivamente, el trabajo musical de Kalmah es honesto, fresco, dinámico y comprometido hasta los tuetanos con el estilo, sin contar que, para remate, son finlandeses. Los creo dinámicos por su rapidez, aunque trabajos anteriores pueden tener matices algo más oscuros que este, pero en el caso de esta nueva entrega, "Seventh Swamphony", la característica se acentúa pues es veloz de principio a fin, cosa que incluso su nuevo tecladista, Veli-Matti Kananen, aún y a pesar de algunas variaciones en clave pesada, ejecuta muy bien.

La falta de sorpresa en un disco no es generalmente algo que yo califique como bueno, pues en general me gusta la novedad, pero en este caso voy a decir, sin tapujos, que me alegra encontrar nuevamente en Kalmah lo mejor de lo que ya se les había escuchado, sin saltos cuánticos arriesgados: están de vuelta tras tres años de ausencia, en tan buena forma como cuando presentaron "12 Gauge" (2010), "For The Revolution" (2008) y especialmente su considerado mejor trabajo, "They Will Return" (2002), con todo y su canción bandera y uno de los himnos del Melodeath, The Blind Leader.

Esto puede ser una de las cosas que más atrae del grupo y seguramente convierte a Kalmah en una banda de seguidores incondicionales: se sabe qué esperar y que será bueno y luego de que lo has escuchado te puedes felicitar diciendo 'estos no defraudan a nadie'. Este es también el caso de "Seventh Swamphony". Su eje central, las guitarras, de los cuales proviene no sólo el dinamismo sino también casi toda la melodía en el álbum, son de primer orden. Es bueno aclarar que algunos grupos de Melodeath usan voces limpias (si, aunque no parezca) para dar pauta a la melodía, como a veces ocurre en este trabajo, a pesar de que se les perciba sólo levemente.

Ahora, a lo que vinimos, mi opinión como oidor: Primero diré que trato de evitar, por sobre todas, caer en las mezquindades que algunos conocedores se permiten y no me importa si, creyendo que es justo, debo otorgar una calificación excelente diez veces seguidas a diez discos aquí comentados. Dejando claro por donde van los tiros, revelaré que tras apenas una o dos auscultaciones de "The Seventh Swamphony" me encontré repitiendo pedazos impresionantes de canciones y levantado de mi silla, sacudiendo la calva y olvidado de lo que ocurría a mi alrededor, dejándome llevar por las guitarras y cautivado por como el aire se cortaba con los gritos de Pekka y la ejecución quirúgica que Jane Kusmin impone a su batería. Canciones majestuosas como Hollo, Deadfall, Windlake Tale y Pikemaster le dieron paso a la que, desde mi punto de vista, puede ser la mejor pieza que he escuchado este año, la canción más impresionante hasta este momento: Wolves On The Throne, en la que el nuevo integrante, Kananen, obtiene uno de los sonidos de teclados mejor logrados en bastante tiempo, el cual se une a un cambio de ritmo brutal y elementos épicos de gran factura.

La demostración realizada por Kalmah en "Seventh Swamphony" y su conocimiento del Death Melódico es de primera línea. El mismo, para mí, representa al estilo en forma pura, sonando muy bien; es robusto, de alta velocidad, calculador a lo escandinavo y lleno de riffs asesinos, melodía, técnica y agresión, todo al mismo tiempo. Creo justo advertir que con tantas melodías inolvidables este disco se puede convertir, como de hecho a mí me ha ocurrido, en uno de esos que incorporas a las escuchas habituales.

Si alguna de las personas que amablemente lee este blog decide entrarle a este estilo y no quiere empastelarse con análisis profundos, le sugiero que se pasee por "Seventh Swamphony" para captar al instante, sin elementos distractores, lo que se quiere decir al hablar de Melodeath, vieja escuela. Yo diría que este es el disco que más se acerca este año a "Beyond" de Omnium Gatherum.

9/10. El mejor trabajo de Kalmah en sus quince años de trayectoria y uno de los mejores discos del año. Décimo Octavo contendiente a Disco de El Año de El Lado Oscuro - Metal Crítica.


domingo, 16 de junio de 2013

Black Sabbath - "13" (Heavy/Doom)

Escribir de Black Sabbath es, cuando menos, traicionero. Todo el mundo, hasta a quienes no le gusta este fantástico estilo de hacer música, pero no ha vivido en una cueva en la Antártica desde hace cuarenta años, ha oído -al menos una vez en su vida- de la banda, sus integrantes o sus extravagancias (el 'affair' del murciélago al que Ozzy le arrancó la cabeza en un concierto es una leyenda urbana de pleno derecho) y no digamos si por alguna irracional e incurable condición, a usted le gusta el Metal... estos señores (en su momento de más gloria no recibían esa calificación por los 'señores' de la época), escribieron el Génesis del Metal. No hace falta especular: Black Sabbath, a pesar de lo que hoy por hoy hagan -o no hagan- e incluso de gentuza como Sharon Osbourne, ya está firmemente ubicada en la posteridad.

Fundamentalmente porque se encuentra por encima del bien y del mal dirigiré este comentario, simple y puramente, a "13". No hablaré de que Ozzy debe haberlo cantado en silla de ruedas, de sus adicciones o limitaciones, ni del cáncer de Tony, de que Geezer nunca dice malas palabras o de las cruces volteadas. El foco es "13", el décimo noveno disco de estudio del grupo, que ha visto la luz cuarenta y tres años (si, 43) luego de su primer lanzamiento.

Voy a decir algo que poca gente me va a creer: Al contrario de lo que presagiaba buena parte de la comunidad metalera, yo sabía -estaba convencido- y una voz interna me lo decía, que este disco, a pesar de los dieciocho años de ausencia, iba a ser excelente... y coño (con perdón), tenía razón. "13" NO ME SORPRENDIÓ, en mayúscula, para que no quede duda. Este es un excelente trabajo, del que no voy desdecir aunque tenga un trabajo de edición y producción multimillonario, sobre el que casi la totalidad de los grupos del género sólo pueda fantasear.

"13" es, por sobre todos sus elementos, pesado. Los elementos Doom y Heavy que lo llenan, especialmente en canciones como End Of The Beginning o God is Dead, sólo hablan del excelente nivel de composición, además de las otras característica principales que se suman a la fuerza del disco, como su originalidad, virtuosismo musical y frescura.

Este disco no es la brasa de una fogata, es fuego del que si te acercas te quema. El nivel musical es de primer orden, con excelente instrumentación, arreglos y ejecución y sobre todo, riffs cautivantes y sorpresivos. Luego y a pesar de que a lo largo de todo el álbum se escucha el más puro estilo Black Sabbath, no hay tantos lugares comunes como eran de esperar, ni repeticiones de fórmulas o salidas fáciles a través de aquello que ya ha dado éxito... estos 'señores', que no tienen absolutamente nada que probar, decidieron poner colofón a la carrera más exitosa que cualquier grupo de Metal haya tenido con un disco intenso y novedoso.

Deshacerme en elogios sería fácil dada la banda, por ello sugiero que se escuche el disco desprejuiciado de lo que históricamente representa, imaginándose que se trata del primer disco de este trio de supervivientes, al que se les une el excelente trabajo de batería de Brad Wilk (Rage Against The Machine) y se calibre frente a lo que la oferta Heavy/Doom hace por estos días.

Después de tantos años de no esperar... ya no había sentido en ello, es difícil entender por qué la banda decidió dar este paso. He leído comentarios que honestamente le endilgan la responsabilidad a la esposa de Ozzy (ánimo de lucro, dicen), pero la verdad es que no lo creo (aunque viniendo de ella, cualquier cosa es probable). Este disco, que es una situación sin precedentes, me parece que tiene su respuesta en los trabajos individuales que los componentes realizaron solos durante tantos años, queriendo homenajear a los fanáticos con una última entrega.

Lo más sorprendente de todo es sin duda el trabajo de 'El Principe de La Oscuridad', a quien no se si tuvieron que transfundir sangre diariamente, pero lo hizo muy bien. El nivel de compenetración entre Tony Iommi y Geezer Butler sigue proverbial y junto con el baterista Brad Wilk, hubo buena química, especialmente en los momentos más Blues. No voy a entrar a analizar canción por canción, sólo diré que a pesar de que alguna, como Damage Soul, no tenga el nivel de las dos primeras, el listón queda muy alto para quienes quieran convertirse en los próximos evangelistas del Metal.

En resumen: un grupo inmortal presenta un disco que no es sólo un viaje sentimental, sino que aporta nuevos elementos y suena casi como el primer día, a pesar de que tiene las limitaciones propias de estar grabado en CD, en vez de vinilo, donde seguramente sonaría mucho mejor.

9/10. Décimo séptimo contendiente a Disco del Año de El Lado de El Lado Oscuro - Metal Crítica.

sábado, 15 de junio de 2013

Children Of Bodom - "Halo Of Blood" (Melodic Death)

Es posible que los que somos fanáticos de Children Of Bodom nos encontráramos algo perplejos luego de "Relentless, Reckless Forever" de 2011, yo, en lo particular pensaba que éxitos de trabajos tales como "Follow The Reaper" (2000), "Hate Crew Deathroll" (2003), "Are You Dead Yet" (2005) y "Blooddrunk" (2008) no se repetirían, no por eso deje de tener esperanzas de un resurgimiento, pero me parece que he vuelto a verificar que 'deseos no preñan'.


Debo comenzar comentando que con "Halo Of Blood", CoB decidió regresar algo de su viejo y familiar sonido de hace alrededor de una década, ese justamente que los seguidores anhelamos, pero Alexi Lahio y la banda no parecen estar en la misma forma que esa época. El álbum tiene un comienzo prometedor con un excelente Waste of Skin y la mejor de la selección, Halo of Blood, la que definitivamente tiene el mejor riff, ambas canciones que emanan de lo más adentro de la espectacular ejecución de la que Children Of Bodom es capaz. También impacta The Days Are Numbered, por su dureza y melodía.

Luego se consiguen cosas bastante más diluidas, como Scream For Silence, que para mí es la canción más débil en el álbum con ese medio tempo, incómodo y de sentimiento aburrido y hasta con algún error. Afortunadamente, el tema inmediato, Transference, fluye muy bien, con un teclado oscuro, interpretado en un semitono.

Con riffs enérgicos destaca razonablemente Bodom Blue Moon (The Second Coming), para decaer bastante, en una especie de balada, muy poco justificable -por cierto-, titulada Dead Man´s Hand On You. El songwritting de algunas canciones, como Damage Beyond Repair, no me atrajo y en lo técnico, se les escuchan poco unas buena ejecuciones entrelazadas de teclados y guitarras, como es el sello típico de la banda; desafortunadamente no me engancharon mucho en ese respecto.

Quizás por abusar en la crítica diré que, aunque al Melodeath no es generalmente fácil entenderle el mensaje (con sus excepciones), en el caso de CoB me dí una vuelta por las letras del disco y debo decir que en su mayoría son banales y en algunos casos, incluso, mediocres. No seré mezquino tampoco pues lo cierto es que Alexi las cantó muy bien, gracias a su singular growl, el cual no ha perdido fuerza.

La buena noticia es que si te gustan grupos como Norther o Mors Principium Est, este disco te dará algunas satisfacciones, la no tan buena es que, hoy por hoy, esas mismas banda están sonando mejor. También es de agradecer la vuelta de una buena parte del viejo sonido de la banda, pero se resiente que demasiadas canciones, en un disco muy corto, se perciban como relleno. Si todo el álbum tuviera el nivel de Tansference o Halo Of Blood este sería un gran disco. Portada regularona.

7/10. Quizás vienen decayendo, pero el disco tiene sus momentos.