Si alguna vez te has preguntado qué se siente al ser apaleado por una guitarra en lugar de un martillo, el último álbum de Warbringer, "Wrath And Ruin", ofrece una aproximación bastante cercana. Este disco consolida la reputación del quinteto californiano como titanes del Thrash moderno, ofreciendo un asalto sónico implacable y emocionante.
En una breve lección de historia, esta gente viene de Ventura, California y ha sido una fuerza formidable en el resurgimiento del género desde principios de la década del 2000. Sus álbumes anteriores, en especial "Woe To The Vanquished" (2017) y "Weapons Of Tomorrow" (2020), mostraron su evolución, desde unos disco solo decentes al comienzo hasta verdaderos creadores de riffs demoledores y solos fulminantes en los más recientes.
El álbum abre con una fanfarria casi al estilo de Manowar, preparando el terreno para una cruzada de riffs. La primera canción transiciona fluidamente entre ritmos galopantes y riffs a medio ritmo, mientras el vocalista John Kevill ofrece sus característicos gritos desenfrenados. Luego A Better World entrega un riff melódico con tintes Death, muy interesante.
La canción Neuromancer se sumerge en temas distópicos, esta canción se mueve de forma tranquila y constante, The Jackhammer, fiel a su nombre, es un aluvión implacable de riffs rápidos y ritmos de batería febriles, que garantizan un frenesí salvaje. Through A Glass, Darkly, inspirada en el general de la Segunda Guerra Mundial, George Patton, opta por un enfoque más contemplativo y melódico, con tonos dramáticos. Strike From The Sky surge con un impulso imparable, con riffs adictivos y explosiones vocales frenéticas que inyectan una repentina descarga de adrenalina. Cierran Cage Of Air, con blastbeats aplastantes alta lírica, siendo The Last Of My Kind, un final poderoso, este tema está armado con gritos de desafío y una voluntad inquebrantable de defender lo que es justo... o así me parece a mí.
"Wrath And Ruin" es un testimonio de la capacidad de Warbringer para evolucionar ellos como banda y el género al que se le acusa de haberse estancado, todo sin perder la ferocidad que los define (a ambos). Es un álbum que invita a hacer un mosh mientras se reflexiona sobre las complejidades de la vida moderna: una combinación rara y estimulante. La incorporación de elementos Black, Melodeath y Heavy hacen del disco un rato entretenido que bien merece la pena. Este puede ser el mejor trabajo de la banda a la fecha, lo que ya es decir.
8/10