El Lado Oscuro Metal Critica

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jueves, 24 de octubre de 2013

Soulfly - "Savages" (Thrash / Groove)

Soulfly es una banda formada en 1997 en Phoenix, Arizona. El contenido de sus letras originales giraba en torno a la espiritualidad y temas religiosos, pero en álbumes posteriores abarcaron temas como la guerra, la violencia, la agresión, el odio y la ira. El elemento más distintivo de Soulfly es que están liderados por el ex vocalista de Sepultura, Max Cavalera, quien formó la banda después de dejar aquel grupo. La banda ha lanzado ocho discos de estudio, incluyendo este último, "Savages".


Soulfly acostumbraban a incorporar en el Thrash y el Groove que desarrollan música tribal y sonidos brasileños, al menos así fue hasta su ultimo disco, "Enslaved" (2012), por lo que en este nuevo álbum lo que más resalta es la falta de esa característica étnica, única y diferenciadora de la banda. Aunque esta vez se trate más de experimentar con un nuevo sonido, en vez dar lugar a las construcciones rítmicas a las que nos acostumbraron, ese elemento se hecha de menos.

Mi percepción es que en este disco la banda decidió añadir un poco más de riffs Hardcore y soldarlos con sonidos con fuerte influencias de bandas como Meshugga, además de que se oyen menos elementos de guitarra característicos del pasado. Por eso creo que, desafortunadamente, no se puede decir que este es el mejor disco del grupo hasta la fecha, me parece más bien que es probable que el mismo realice una función de bisagra hacia un nuevo enfoque, similar a la función que tuvo "Dark Ages" (2005), el cual fue fuertemente influenciado por la muerte del nieto de Max Cavalera, y con él que decidieron alejarse de los temas espirituales y comenzaron a incorporar elementos más violentos y agresivos. Veremos si el futuro lo confirma.

Si es cierta mi percepción y "Savages" está preparando el terreno para una nueva etapa en la biografía de la banda, seguro que el potencial está ahí, pero no puedo por eso dejar de decir que el disco no me pareció convincente, es más bien un poco extraño y demasiado diverso. Será especialmente raro para los que están a la espera de su estilo típico, más sin embargo, me apresuro a asegurar que va a complacer a los fans de la primera etapa de Sepultura.

En descargo de Soulfly creo que el mismo no tiene que permanecer por siempre eterno y haciendo lo mismo, sólo deleitando a una audiencia. El pecado de los clichés manidos, sonando a banda de secundaria o con estrepitosos y -a veces- torpes riffs exageradamente duros, tienen su etapa. Luego se madura.

La duración total de las canciones no va más allá de unos límites razonables, sus cálculos acústicos son significativos y exactamente en la medida en la que los sonidos intentan encontrar el acorde correcto, aunque hay canciones que simplemente no me gustaron como Ayatollah Of Rock 'N' Rolla (el peor  nombre posible jamás puesto a una canción) y Cannibal Holocaust, algo floja.

Creo que Soulfly quiso presentar con "Savages" un disco novedoso y que sienta las bases para una nueva era, la cual puede llegar a ser como la que hubo en sus mejores momentos, especialmente en sus orígenes e incluso superarlos, pero modestamente considero que hubo demasiados saludos a los años ochenta, algo de rareza, aunque sin llegar a lo Avant-Garde y demasiado mirar hacia atrás con una sonrisa nostálgica, a pesar de que es indudable que solos de guitarra siguen siendo inventivos y poseedores de una expresividad enorme; lástima la pérdida de parte de su facilidad para el vuelo de ideas compositoras.

6.5/10


lunes, 21 de octubre de 2013

Craving - "At Dawn" (Black / Melodic Death / Pagan / Viking)

Viene ocurriendo que es difícil distinguir qué género es qué, en muchos casos ya no se puede decir con certeza cuando algo es Pagan, o Melodeath o Black Melódico, Modern... Core, etc. Ello me sucedió con Craving, una banda alemana, con un cantante ruso (de San Petersburgo) a quien creo que -si me obligaran- diría que su estilo es... jeje, no se; lo que si se es lo bien que me sonaron, realmente uno de esos descubrimientos que ocurren cuando se oyen decenas de discos en un mes, donde siempre -o casi siempre- sale algo interesante a relucir.


Debo decir que "At Dawn", el segundo larga duración de esta banda, luego de su homónimo de 2012, ha recibido poca atención 'dentro del mainstream de lo underground' (si alguien no entiende, es porque la frase es contradictoria en sí misma), posiblemente porque este tipo de bandas basa su esfuerzo en darse a conocer en el mercado nor-europeo, dejando a los EEUU y el resto del mundo para una segunda o tercera fase en la que sus casa disqueras crean que hay mayor oportunidad de triunfo, al menos sellos pequeños como Apostasy Records, es lo que parecieran demostrar.

Pero ¿que tal con Craving? Esta es una excelente agrupación que, como dije, tiene fuertes influencias Pagan, Black, Melodeath, algo de Thrash y hasta Prog, con estructuras de canciones bastantes elaboradas, buen songwritting y melodías muy nórdicas, con sonido fresco y crudo a la vez, potente en general, conjugando la mezcla con el toque ruso, alemán e inglés en el idioma de las canciones, lo que hace al disco directo y mortalmente adictivo y dinámico, gracias a la fuerte ejecución de batería y guitarra y excelente mezcla de sintetizador. Su dureza y transiciones melódicas, sobre voces y coros bien ejecutados y en algunos casos épicos, mantiene excelente la tensión y discurrir general del disco.

Sonidos Viking, con canciones que aumentan y varían la velocidad, mezcladas con los screams Death y un fuerte componente melódico, es uno de los aspectos más destacados del álbum. Para ser el segundo disco de este grupo, se les percibe centrados y seguros de su ejecución, con melodías de conducción y mezcla de voces fuertes y growls que sin duda vale la pena escuchar. En "At Dawn" hay uno de esos elementos inusuales de conseguir en los discos y esto es la uniformidad, pues en general todo el recorrido es sólido, con apenas excepciones. De hecho la cuarta canción del disco, In Die Nacht Hinein, es toda una montaña (¿rusa?) de emociones, melodía y cambios de ritmo, la mejor del disco y una de las mejores del año; está nominada a Canción del Año de El Lado Oscuro - Metal Crítica.

Craving llega en un momento interesante en el que echaba algo de menos sonido dinámico, con melodías y voces bien elaboradas, que alegren rápidamente, transmitan fuerza, dureza y emoción. Me recuerdan a las bandas Forefather y Battlelore. Una de las pocas críticas que se les puede hacer es cierta desorganización y detalles de producción menores en algunos momentos de las canciones (alguna batería grabada muy fuerte o alguna voz que pudo haber quedado mejor), posiblemente asociadas a la típica urgencia con que los grupos pequeños, apoyados por disqueras también pequeñas, deben realizar sus sesiones de estudio.

Recomiendo escuchar "At Dawn" si se desean buenas voces, agresivas y duras, pero comprensibles, algo de épica, hermosa pero contenida melodía -un poco cursi en algún momento- y en general un disco con muchas influencias, dinámico y variado que muestra que la combinación del Black/Death/Pagan tiene mucha vida.

8/10. Buena portada, intensa, como el disco.


sábado, 19 de octubre de 2013

Dead End - "Season Of Withering" (Modern Melodic Death)

La propuesta del Modern Melodic Death viene calando duro. En un principio algunos grupos parecieron mezclar elementos Metalcore que lo hacían un poco más difícil de tragar, al menos a mi, pero con grupos nuevos o casi nuevos como Dead End, venidos -como no- de Finlandia, parece un hecho que el género llegó para renovar y quedarse. Este grupo, junto con gente como Parasite Inc., Rise The Fall, Fear of Domination y Mors principium est, le están dando nueva vida al 'Gothenburg style'.


Una de las primera cosas que distinguen este álbum es el gran uso de teclados de estilo sinfónicos y un estilo vocal doble, coarse y melódico, ambos por el mismo cantante, en lugar del enfoque de dos cantante. Grupos como Children of Bodom y Grendel (grupo del que proviene el vocalista) son una obvia influencia, pero no cabe duda que esta banda cruza una gran variedad de estilos, a veces muy melódicos, pero siempre intensos y pesados. He visto a quien señala a este sólo como un álbum de Melodeath, pero eso es injusto tanto para el género, como para la banda, pues es mucho más que eso.

Esta modernización del estilo que ejecuta Dead End en "Season Of Withering", sin embargo, no es ambigua, especialmente en lo que se refiere al estilo vocal, pues sin duda se centró en los growls que identifica el Death. Mikko Virtanen muestra razonable buena voz e inspira furia, pasión y agresión en su trabajo. En este disco, que es el segundo álbum de la banda, después del debut "Stain Of Disgrace", el cual pasó sin mayor gloria, muertas la profesionalidad de la que los músicos escandinavos acostumbran a hacer gala, con un sonido limpio, brillante, lleno y potente. El disco me pareció gratificante y equilibrado en cada componente, en particular la combinación voz-teclados, la cual asalta los tímpanos con la vehemencia de sus riffs, a veces duros y otras suaves, con sintetizadores etéreos y pomposos.

En "Season Of Whitering" hay una combinación ganadora, sin tener que caer en grandilocuencia. Varias de sus canciones, especialmente Zero Hour, Season Of Withering, Sinister Dream y Shape Of The Mind, esta última la mejor del disco, superan la prueba del dinamismo y ritmo, con interesantes armonías, pero con algo escondido detrás, una transmisión de dureza y agresión subterránea.

Esta banda de Helsinki, conformada además por Jarno Hänninen en los teclados, Santtu Rosen en la guitarra y bajo y Miska Rajasuo en la batería, suenan bastante bien, aunque haciéndome añorar más sonidos de guitarras o, quizás, más importancia para la misma y también algo de mejora en la escogencia de las canciones, para que se ajusten mejor a la voz de Mikko, pues creo que en Silent Passage no lo logra bien o como con Dreamline Silence, es demasiado suave.

En definitiva, Dead End presenta un trabajo de buena calidad y no se arrepiente de utilizar las herramientas musicales del Modern, dando muestras de talento en la composición y melodías con ideas innovadoras y algunos aspectos técnicos complejos, demostrando que la creatividad tiene espacio en un género criticado por algunos como agotado. Este no es el caso de "Season Of Withering", un trabajo orgánico, acabado y bastante completo, que, junto con otras bandas que están experimentando, comienzan a alterar el orden natural de las cosas.

7.5/10


martes, 15 de octubre de 2013

Fates Warning - "Darkness In A Different Light" (Progressive)

Fates Warning es una banda estadounidense de Progresivo, formada en 1982, la cual ha experimentado numerosos cambios de formación, siendo el guitarrista Jim Matheos el único miembro constante. Como pioneros del movimiento estadounidense del Prog, han sido clasificados como una de las bandas emblemáticas junto con Queensrÿche y Dream Theater, y quienes fueron responsables de la creación y el desarrollo del género.


Ha pasado casi una década desde que Fates Warning lanzó música nueva. Aunque esta declaración es un tanto engañosa, ya que las dos principales fuerzas creativas detrás del grupo, Jim Matheos y el actual vocalista Ray Alder, han estado presentado material de calidad constantemente durante ese tiempo, aunque sea en forma de varios proyectos paralelos. Jim ha estado involucrado con los ex tecladista y baterista de Dream Theater Kevin Moore y Mike Portnoy en el excelente proyecto OSI, que ha publicado cuatro buenos discos de Rock/Metal experimental y en 2011 reavivó su asociación con el vocalista original de Fates Warning, John Arch, para crear el impresionante disco, "Sympathetic Resonance". Por otro lado Alder ha estado ocupados los últimos años con Redemption.

Como antes dije, para muchos oidores del estilo, Fates Warning está ubicada como una de las primeras, si no la primera banda, que fundió la complejidad musical y composición del Prog con los sonidos más pesados ​​rítmicos del Metal. El género en sí explotó en la década de los ochentas con bandas como Crimson Glory, Watchtower y las nombradas DT y Rÿche, pero una de las cosas que definió al grupo fue que nunca -o casi nunca- sacrificaban melodía con la masturbación estructural compleja típica de Dream Theater, lo que es -desde mi perspectiva- el motivo por el cual siempre han parecido estar a la vanguardia del gusto general: composiciones complejas y pesadas, si, complicadas, si, sin embargo, evitando el cansancio del oyente y haciendo énfasis en la melodía.

Su disco anterior, "FWX" (2004) hizo que algunos nos sintiéramos como si hubieran desplazado demasiado la composición Progresiva, dándole a sus canciones estructuras más concisas y cortas, lo que les valió cierta decepción general. Percibí en el momento como si sus integrantes estuvieran dividiendo su atención a proyectos paralelos que le quitaban a ese la intensidad y la calidad general esperada. Ahora nueve años después se reivindican con uno de los mejores trabajo del Prog del año... y se ponen a tiro de las odiosas comparaciones que se harán con "Dream Theater" de DT.

Lo primero que salta a la vista es una guitarra devastadoramente pesada y dominante en muchas canciones y que se destaca a través de prácticamente todas las pistas. Está meridianamente claro desde el principio que Matheos decidió darle el papel principal a su instrumento; también muestra su acústica melódica típica de pasajes de tonos limpios con los que se le conoce. Los sintetizadores ya no son tan frecuentes como en álbumes anteriores y se usan para darle textura oscura a algunas de las pistas mientras que los elementos vocales crean excelentes melodías que funciona de gran manera.

El disco no tiene pistas débiles y mantiene el sello de la casa que sugiere a todo el mismo como una gran grabación, donde los saltos entre pistas casi no se sienten. "Darkness In A Different Light" es muy sólido de principio a fin, tiene destacadas canciones que van desde los matices oscuros, pasando por el ataque poderosos y rápidos, hasta momentos maravillosamente melódicos, donde se alzan coros intensos. Canciones como Firefly, Desire, Into The Black (la mejor del disco) y And Yet It Moves, son excelentes, pero todo el trabajo en general es más que disfrutable, con secciones rítmicas a cargo del baterista Bobby Jarzombek (Halford) y el bajista Joey Vera (Armored Saint) que gustan de la interrelación compleja, texturizada y atmosférica y facilitan la gran cantidad de cambios en el estado de ánimo que se conduce entre canciones.

En la odiosa comparación que mencioné, no queda duda que "DIADL" es un disco mucho más duro y oscuro que "Dream Theater"; menos complaciente, si cabe el término y considero que con un sentido más personalista del trabajo, algo así como con mayor interés en gustarse a la banda que a los oyentes. Lo que no está dicho en tono de crítica, sino por el contrario habla de lo inmersos que percibí en el trabajo a Fates Warning.

Este es un trabajo que merece ser atesorado como uno de los que debe, sin duda, marcar pauta en el año. Un disco que valió la espera y que mejora considerablemente respecto al trabajo anterior del grupo.

8.5/10


viernes, 11 de octubre de 2013

Running Wild - "Resilient" (Heavy / Power)

La muy esperada entrega de Running Wild, banda alemana atada a un pasado heroico desde 1976, en el Power y el Heavy, era opinión obligada en casi todos los foros. Finalmente, lo cierto es que luego de que  "Shadowmaker" (2012) fuera una decepción casi total y posiblemente el punto más bajo de la trayectoria del combinado dirigido por Rolf Kasparek, las ganas de que presentaran algo del gran nivel del acostumbrado, eran muchas.


En lo que al contenido del disco se trata, temo creer que la época de oro de la banda ciertamente se confirma que ya pasó, pues es difícil considerar "Resilient" como un álbum a la altura de Running Wild. El disco, entendido como su propio nombre lo define, se arrastra en el pasado glorioso del grupo, pero nunca a la velocidad necesaria, va a tientas y con un espíritu que, aunque evoca su vieja escuela, no destaca por su dinamismo o entusiasmo. Su sonido no es molesto pero carece de fuerza y ánimo, con algunas excepciones en las que todavía se perciben unos pocos riffs y las líneas melódicas de peso, el disco en general se agota rápido y suena viejo.

Elementos que acostumbraba a mostrar RW, como la velocidad, riffs asesinos, bajo intenso y batería poderosa, se sienten un poco desgastados y el songwritting repetitivo y hasta flojo. Evidentemente el disco tiene algunos momentos divertidos, pero le falta la agilidad de la juventud en la ejecución y la voz de Rolf suena cansada. La excepción del disco y las esperanzas de revivir las viejas glorias del grupo recaen en la canción de diez minutos Bloody Island, la cual es valiente y desafiante, deliberadamente evocadora de su edad de oro. Sin embargo, Running Wild, o más bien, su fantasma, a pesar de que pueden cumplir con gallardía, creo que con "Resilient" están cerrando su larga historia; si bien este disco es mejor que "Shadow Maker", no los representa debidamente.

Para no tener que ir a recordar la proto historia del grupo, sólo diré que discos como "The Brotherhood" (2002) y "Rogues en Vogue" (2005) se encuentran varios escalones por encima de sus últimas dos entregas y en lo que a este álbum específicamente se trata, el mismo carece del 'espíritu de la banda', es decir, lo que debe ser el ingrediente principal de cualquier conjunto cuando los pones juntos a hacer Heavy. Las esparcidas notas emocionantes que figuran en el disco me llevan a pensar que Running Wild ha perdido personalidad y ya no pueden hacer Power vulgar y vivo, como eran capaces.

Erase una vez... Running Wild, a menos que un bienvenido milagro cambie lo oído. Quizás por haber quedado prisionera de una sola persona, Kasparek, que con todos todos los defectos y las virtudes del caso, cuando se rompe -como lo ha mostrado-, ocurre, como en todos los ámbitos de la vida, deja malograda la obra. "Resilient" es frente a "Shadowmaker" una prueba de orgullo y un paso adelante, pero al final deja en el aire un sabor agridulce.

6/10


martes, 8 de octubre de 2013

Ulcerate - "Vermis" (Technical Brutal Death)

Ulcerate es un acto neozelandés de Technical Death, formado en el año 2000 por tres integrantes, Jamie Saint Merat en la batería, Michael Hoggard en la guitarra y Paul Kelland en las voces y bajo. Con "Vermis" tienen cuatro discos a cuestas, incluyendo uno de los más representativos del género, "Of Fracture And Failure" de 2007, con el cual esta gente hizo un nombre propio bien reconocido, por lo que este nuevo disco es -seguramente- para muchos de los metaleros inclinados hacia el sector más duro, una de las grabaciones más esperadas del año.


La verdad se siente como si hubieran transcurrido edades desde el debut de la banda, donde tomaron la escena por asalto con un Brutal Death, con fuertes matices de Mathcore, impresionante y en el que mostraron innumerables cambios de tempo, gritos penetrantes y sentimiento cáustico y corrosivo. Después, el registro disquero de estos Kiwis fue modificado de diversas formas, no siempre para mejor y así, con "Everything Is Fire" (2009) el nivel cayó un poco y se desplomó en 2011 con "The Destroyers Of All". Ahora que vuelven con "Vermis" la banda parece haber retomado el camino que los hizo famosos y muestra un disco brutal, extremo, verdadero Black, purulento, lleno de disonancias, gritos y blasfemias inhumanas... un placer para los amantes de este concepto, incluyéndome.

Antes de que los oidores más melódicos continúen su lectura les debo advertir: esto no es para cualquiera, es más, no es para casi nadie. Requiere, por sobre todas las cosas, un estado de ánimo especial, dispuesto a abrirse a sensaciones agrias, pues la atmósfera que evoca es sombría, mordaz y fea, con un ambiente oscuro, que es algo que a veces se hecha algo de falta en el Death. Tiene por sobre todo y es su centro, técnica, pero su musicalidad es atónica y no trata de ser el foco principal. Los riffs son sofocantes, las voces ácidas y aplastantes y la batería se combina con la guitarra para producir un sonido altamente distorsionado como casi ninguna otra banda. En resumen, en un nicho verdaderamente reservado para los más salvajes amantes del Metal, este disco -una vez comprendido- es una mezcla de cosas torcidas y desolación.

Hablando de los riffs, "Vermis" presenta pasajes de guitarra increíbles. Mike Hoggard da un rendimiento del que puede estar orgulloso y aunque las canciones son muy lineales, no repiten pasajes muy a menudo y es difícil aburrirse, pues tienden a mezclar patrones disonantes con pasajes oscuros de melodías misteriosas, que junto con los contados momentos tranquilos, proporcionan buen contraste ante la furia que tiende a ser liberada poco después. A mi parecer la canción que mejor ejemplifica lo que quiero decir es The Imperious Weak, en la que la interpretación estelar de la batería de Jamie San Merat, debe haberle quitado varios años a su expectativa de vida, ese señor toca a una velocidad que puede impresionar a cualquiera.

La interpretación vocal es poderosa y dura, aunque haya quien diga que su tomo es demasiado alto en comparación a la mayoría de los vocalistas de Death metal... realmente no me parece. Sus growls frenéticos son el complemento perfecto para el salvajismo de la obra y transmite una verdadera sensación de odio y rabia. El bajo de Paul Kelland queda algo enterrado entre los sonidos, por lo denso del disco, aunque sus líneas tienen algunas la oportunidades para oírse cuando baja el estruendo.

Para terminar diré que las imágenes que se pueden esperar tener al escuchar "Vermis" serán las de un escenario donde la oscuridad es perenne, la tierra es de color gris y hay lava que desintegra todo al contacto; seguramente el tiempo descubrirá más de los elementos nihilistas, destructores y un poco sobreactuados que han acompañado a la banda. Uno de los mejores disco extremos del año.

8.5/10




domingo, 6 de octubre de 2013

Arven - "Black Is The Colour" (Symphonic Power Folk)

La banda alemana de Symphonic Folk, Arven, es relativamente reciente en el ambiente y pesar de sus evidentes clichés, tiene algunos elementos interesantes que mostrar, tanto en lo estético, como en lo trascendente. Con su demo en 2008 "Demo 2008" atrajeron bastante la atención, lo que le valió a la disquera Masssacre Records de justificación para financiar su primer álbum en 2011, "Music Of Light", el cual tuvo relativas buenas críticas, ahora con su nuevo trabajo, "Black Is The Colour" parecen repetir los elementos que les grajearon el gusto de una base importantes de fans.


Esta agrupación, casi totalmente femenina (excepto el batería belga, Hasta Felden) presenta su música como Metal Sinfónico Melódico y no es difícil saber de donde extraen sus influencias, pues miríadas de bandas similares, como Nightwish, Within Temptation, Xandria y un largo etecetera, hacen cola en el subgénero; sin embargo, no siento que este trabajo en particular se pueda catalogar estrictamente en esa onda, pues de él se extraen sonidos que finalmente resultan en una mezcla ecléctica de Power y Folk metal, con incluso algunos ensanchamientos en territorio Prog.

Sobre el papel, Arven bien puede verse como cualquier otro acto Sinfónico con una vocalista entrenada en las lides clásicas, pero la voz de Carina Hanselmann es muy melódica y sin bien es cierto que puede llegar a ser lírica, no encaja en el molde típico y se deja llevar con menos pomposidad. El disco en general se siente como de gente un poco más común, menos inclinadas hacia el virtuosismo por el placer de si mismo. Aún así, el bien ejecutado teclado de Lena Yatsula le da ese estado de ánimo a la música de Arven que suena medieval y cuando la banda añade interesante capa de sonido Power, el disco se hace particularmente agradable.

Dentro de lo difícil que es destacar en un concepto como este y de que al final puede terminar sonando a lugar común, Arven pareciera tener bastante propia identidad; con "Black Is The Colour" la entrega parece fresca y emocionante y como su álbum de debut, de gran calidad. A pesar de alguna balada como All I Got que me sonó un poco a relleno, el más destacable de los elementos del disco son las melodías Folk, con un alto nivel de variedad, como para que no se empalague del todo el oído.

A diferencia de la gran mayoría de las producción de grupos similares, las canciones del disco tratan de no endulzar las entradas, sino más bien presentar canción sencillas y directas, centrada -cuando así corresponde- en altas velocidades y muchas veces construidas mayormente sobre las guitarras confiadas a Anastasia Schmidt y Ines Thomè, esta última especializada en excelentes riffs, de gran cuerpo y melodía, en los que se reclinan las voces y coros.

Canciones destacadas como Don't Look Back se centran en la velocidad controlada, manteniendo la cantidad adecuada de energía. Un velo de melancolía, que no llega a lo Goth, cae en las notas de la melodía de la canción Rainsong, de las mejores. Todo esto unido a una producción cristalina, pone de manifiesto las mejores capacidades del sexteto alemán, quienes enriquecen su propuesta musical con estructuras algo más complejas de lo usual y que se ayudan a presentar un disco más 'internacional' con la colaboración de Stefan Schmidt, cantante de Van Canto, en el tema The One For Me.

Arven vuelve con este disco a saludar a su público con un trabajo melódico, concluyente, agradable, con cierto halo de 'nombre propio', e ideas bien desarrolladas.

8/10. Lindas las chicas en la portada, pero un poco 'cheesy.


miércoles, 2 de octubre de 2013

Gris - "À l'Âme Enflammée, l'Äme Constellée" (Depressive / Atmospheric Black)

Este ambicioso disco doble de Icare (voz, piano, violin y bateria) y Neptune (guitarra, bajo y cello), canadienses québecois que se unieron en 2006 para formar la banda de Depressive Atmospheric Black, Gris, tiene a mucha gente -incluyéndome- gratamente impresionado. Todo y a pesar que "À l'Âme Enflammée, l'Äme Constellée" requiere tiempo para ser apreciado en sus majestuosos e impredecibles elementos acústicos, percusiones suaves, grupos orquestales, paisajes sonoros, rabia oscura y atmósferas misteriosas.


Este es un disco paradójico, ya que Gris, aún habiendo dejado atrás su personalidad mucho más Black clásica, se lanza a una nueva era en la que desarrolla aspectos novedosos, nunca oídos, que elevan, si se puede, su nivel, con un disco cuyo denominador común es la rabia y una atmósfera oscura, del tipo más suave y elaborado que es posible en el Black. Con fuerte inspiración Folk y elementos Darkwave. Sus muchos momentos lentos y melódicos, en los que sólo los growls rompen la calma, hacen que este material tenga un sonido masivo, excelentemente bien escrito y con grandes variaciones a lo largo de sus más de dos horas de duración.

A pesar de la bíblica duración del trabajo, este disco contiene un remolino de emociones tan bien desarrolladas que su escucha no cansa, al contrario, se siente como el discurrir de un libro que no se puede dejar porque a cada página se espera una nueva sorpresa... y no decepciona, porque allí están los sobresaltos. "À l'Âme Enflammée, l'Äme Constellée" es un disco sólido, que se une a la serie de trabajos que han convertido a 2013 en uno de los años, posiblemente 'el año' del Atmospheric y que junto a álbumes como "Old Mornings Dawn" de Summoning, "Pelagial" de Oceans, "Das Tor" de Paysage d'Hiver y "Echoes Of Battle" de Caladan Brood, me reafirman -nuevamente-, por que el Metal es una de las manifestaciones culturales más importantes de nuestro tiempo y por que, cuando se pueden apreciar trabajos como este, los metaleros nos convertimos en una casta única, que sabe apreciar uno de los grandes placeres de la vida, como es la música bien hecha, distinguiéndonos de aquellos que mayoritariamente la desprecian por no tener los elementos culturales o emocionales para entenderla.

Si bien es cierto que han sido seis los años de espera a los que nos sometió Gris, en la zona más underground del Metal -como es esta-, tanto tiempo es más o menos un estandard. Pero luego de ese largo tiempo y su aclamado disco antecesor "Il était une forêt..." (2007), Gris se nota que no estuvo distraido, ya que los sonidos que componen su nuevo disco brillan en todos los apartados que son posibles: composición, efectos, grabación, producción, voces, coros e instrumentalización son de primer orden. Muchas bandas podrían tomar nota de cual es el balance en el Metal entre la calidad y la cantidad, incluso y más aún en este caso, donde Gris si está respaldada por una disquera, la canadiense Sepulchral Productions. Por su puesto, no todo el mundo está dispuesto a hacer sacrificios de seis años por la pura conceptualización al máximo de su trabajo, pero estas excepciones hacen falta y se agradecen.

Gris muestra sus talentos con un fuerte uso de riffs e interludios acústicos mezclados con Black y en su musicalidad, por momentos inigualable, como en la mejor canción del disco, Seizième Prière, florece un sonido brillante, lleno de imágenes impresionistas, especialmente para una banda en la que sólo participan dos personas. Disonancias melódicas, uso extensivos de instrumentos acústicos y de voces que resuenan en la distancia, con mucha influencia Dark Folk, crean un ambiente de suspenso que de pronto estalla en explosiones de emoción, con ecos de pérdida y renuncia.

10/10. No tengo más que decir que este es uno de los mejores trabajos del año y un icono en el género. Trigésimo Primer seleccionado a contendiente como Disco del Año de El Lado Oscuro - Metal Crítica.