¡Ah, la emoción de escribir acerca de 'heroes del Metal'! La experiencia me ha enseñado, no siempre de manera amable, que atreverse a hacer público un punto de vista respecto a grupos consagrados como Sonata Arctica no es tomado a la ligera y generalmente se paga con sangre -virtual- cualquier posición que desvirtúe la percepción de los incondicionales o de la fauna de haters y trolles, por igual... pero para lo que me importa; aquí mando yo :-)
Lo cierto es que luego de los casi dos años que han transcurrido del amargo sabor que dejó en el ambiente "Stones Grow Her Name" (2012), en el que todo decayó, se hizo menos intenso y Sonata Arctica no convenció a casi nadie (y por lo que creo, luego de haber visto una entrevista a Tony Kakko, ni a ellos mismos), vuelven, tratando de cumplir la promesa de 'hacer un disco para los fanáticos', un disco que, a mi parecer, muestra tanta intensidad y cariño en su elaboración que no creo que necesariamente busque satisfacer a los amantes del grupo -que de rebote lo hace- sino que persigue gustarle a ellos mismos.
Yo me voy a confesar: de Sonata Arctica no esperaba nada excepcional, estaba tristemente convencido de que sus mejores momentos habían pasado y no volvería a escuchar nada como "Unia", "Ecliptica" o "Winterheart's Guild" y si bien es cierto que en este nuevo disco, "Pariah's Child", confirman que nunca serán iguales a aquello que fueron, hablando de manera estrictamente referida al estilo musical, es un gran trabajo, que -incluso- como les ocurre a los buenos discos, tarda un poco en entenderse, en descubrirse. Yo en lo particular siento que este álbum se convierte en la vuelta triunfante de la banda y lo nominaría, esperando todavía el nuevo disco de At The Gates, al Regreso del Año.
"Pariah's Child" es un disco Power, mucho menos orientado al AOR que "SGHN", aún sumamente melódico, dulce, con elementos veloces, rítmicos, emocionantes, instrumentalmente excelso, inteligente y divertido, con espacio para la calidad personal y confianza suficiente para, incluso, saberse burlar de ellos mismos, con clase y buen gusto. Siento que, por encima de todo, este disco ha debido ser un placer de hacer, que debió llevar tiempo y cuidado de los detalles. Hasta el uso de elementos nuevos, como sonidos que rememoran juegos clásicos, diría que inspirados en la serie Final Fantasy, en la canción Take One Breath y elementos Godspell y Blues como en X Marks The Spot, me parecieron fascinantes.
Canción por canción el disco es un placer, así, The Wolves Die Young rememora la raices de la banda, su sonido rápido, melódico y gusto por la temática de lobos, Running Lights, utiliza la velocidad y la guitarra de manera emocionante, una canción sentida; Take One Breath, usa cambios de ritmo Prog, voz potente y melodía fuerte; Cloud Factory, nuevamente suena a la Sonata Arctica de siempre, con sus letras y coros elevados y ritmo rápido, excelente. Blood, es una canción mucho más oscura, interesantísima y espectacular, una de las mejores del disco; el toque que sigue demostrando su interés en los temas difíciles y socialmente comprometidos se percibe en What Did You Do In The War, Dad? buena e intensa en su sentimiento y mensaje. Half A Marathon Man, es un cambio estructural en las formas musicales de la banda, con fuerte influencia Rhythm and Blues sorprendente, aunque comparativamente me pareció la menos interesante del disco.
Mención especial para X Marks The Spot que es una canción que sirve para demostrar el nivel de confianza en su propio trabajo y trayectoria, pocas veces se oye una canción que sea tan buena e histrionica a la vez, inclusive el cuidado del uso del acento sureño del preacher (tipo Bible Belt) es un excelente detalle; luego y casi al final la balada Love, sencilla y dulce, realizada para que Tony exhiba sus dotes como cantante, a algunos le gustará a otros les parecerá relleno, yo la disfruté.
Para cerrar un atrevimiento, pues luego de amenazar con diez minutos de sonido en algunas entrevistas, se deciden y presentan Larger Than Life, una gran canción, completa, compleja, con suficientes cambios de ritmo, escena y coros que se elevan, como para hacerla un excelente regalo. Grande.
Completo diciendo que con "Pariah's Child" Sonata Arctica asume su propia historia de quince años y demuestra como se vuelve en forma. Con él la banda se posiciona nuevamente como una de las grandes referencias del Power melódico. Este disco me ha sorprendido y hecho feliz, mucho, ambas cosas.
9/10 Sexto contendiente a Disco del Año de El Lado Oscuro - Metal Crítica.